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19 de octubre de 2014

Calle Londres (Calle Dublín, #2) de Samantha Young

Os voy a contar un pequeño secreto. Cuando se publicó Calle Londres, yo le contemplaba en los expositores de las librerías y siempre pensaba "ay, qué bonito", e incluso acariciaba su portada . Cuando se publicó, yo tenía muchas ganas de leerlo.



Os cuento mis razones:

1) La portada es muy bonita. Es sensual. Ya la había visto antes y me encantaba. Me gusta la postura de la pareja y la sensualidad y ternura que transmite.

2) La sinopsis es atrayente, especialmente porque obvian un par de detalles importantísimos. En esa sinopsis, este libro parece otro típico de romántica adulta. Perfecto. Me encanta el género.

>> Luego, leyendo reseñas de Calle Londres, me enteré de que Jo y Cam no eran solteros, Jo tenía un cliente serio y comprometido y Cam una novia. Tengo una regla, no leer salvo excepciones, libros donde los protagonistas, ya tienen pareja. Valoro mucho la lealtad y la fidelidad e igual que lo pido en mi vida real, también lo exijo en mis lecturas.

Hice de Calle Londres una de mis excepciones. Tenía curiosidad por la historia de Cam y Jo, había leído que Jo era un poquito insoportable pero que Cam era todo un héroe literario. Quería conocer a Cam y ver si Calle Londres era una de esas grandes excepciones. Y como no, necesitaba leer sobre secundarios como Joss, Braden, Ellie, Hannah, toda la familia Nichols al completo vamos, y quería conocer a Nate, Peetie, Cole, Olivia y su padre Mick.


Calle Londres no me ha gustado. No me ha inspirado nada, no me ha dicho nada, no se me ha metido bajo la piel, no me ha hecho sentir nada. No esperaba enamorarme pero tampoco esperaba este vacío, este grito lleno de silencios. Calle Londres podría haber sido muchas cosas, yo antes de leerlo aún me permitía el lujo de soñar, aún podía tener fe y pensar “a pesar de todo, contra todas las circunstancias, Samantha dibuja una bonita historia de amor”. ¿Y sabéis qué? No ha sido así. No ha habido una hermosa historia de amor, tampoco ha habido unos personajes grandiosos a los que adorar.

Calle Londres ha sido una gran decepción literaria. Sé que Samantha Young puede dar muchísimo más, que puede crear personajes e historias que signifiquen algo, pero con Calle Londres no lo ha hecho. Es una historia sosa, insulsa, nada especial, que no me ha transmitido nada. Es más, Calle Londres me ha aburrido, y ha logrado que me molestara la historia de amor, bueno, por llamarlo amor, porque lo que hay entre Jo y Cam jamás de los jamases podría ser para mí amor.

Mientras leía este libro recibí una noticia muy triste, algo sobre una persona a la que todavía no tengo el gusto de conocer, pero es algo que me ha afectado. Llevo toda la semana queriendo llorar, me pongo en su piel y se me rompe el corazón, si yo perdiera a alguien tan importante, mi vida quedaría devastada. Y a veces, en días, semanas así, hay libros que consuelan un poquito, pues este, Calle Londres, me parecía tan vacío, tan poco significativo. Ni una sola vez me robó una sonrisa, y nunca sentí que lo que Samantha Young nos contaba en esta novela fuera importante. No logró conmoverme, y mucho menos, consolarme.


Calle Londres me decepcionó, me pareció una historia triste, corriente, sin nada memorable. No me dijo nada y por ello tampoco puedo decir mucho en esta reseña. No hubo un enorme cúmulo de sentimientos, como me pasó con Calle Dublin, si acaso, quizás, hubo momentos de desagrado, otros bonitos (aquellos protagonizados por los personajes secundarios), y debo admitir que me salté todas las escenas de Jo y Cam, salvo las dos primeras. No sabía que esta novela tiraría más por la erótica y se alejaría de la romántica contemporánea. Me ahorré muchas páginas que claramente eran de relleno, no leí ninguna escena más de sexo entre Jo y Cam, solo me hacían querer poner los ojos en blanco, y como, obviamente, tampoco representaban nada emocional entre los dos… Vamos, esta es otra típica historia erótica con drama, y ninguna evolución sentimental. El amor brilla por su ausencia. El sexo sobra. Y personajes de relleno como Becca y Malcolm también. Y Jo y Cam desde fuera, una vez estando juntos, parecen buenos, pero no son una gran pareja, no cuando solo comparten sexo, sexo, y sexo. No hubo nada más falso que verlos ser amigos y que verlos jurarse amor al final del libro. Si Cam amara a Jo no la ignoraría después de haberla probado como una bestia en celo. Jo quiere a Cam pero porque es un poquito masoquista y su autoestima está por los suelos.


Una de las razones por las que no logré conectar nunca con esta novela y no me gustó *obviando el tema infidelidad, que me parece horrible*, fueron Jo y Cam, ambos me desagradaron. Jo me cayó mejor que Cam, pero tampoco me gustó nada. Eso sí, yo quería a Cam cuanto más lejos mejor de Jo. Creo que Jo es demasiado mujer para Cam.


 A Cam solo le gustan las mujeres tontas, insípidas, con gustos raros en cuanto al arte. Cam fue aborrecible, un auténtico cabrón desde el principio. Aun no entiendo como pude leer reseñas donde le tachaban de héroe, donde decían que era sexy, gentil, leal, amoroso. Parece que otras lectoras y yo no hubiéramos visto el mismo Cam. El Cam que yo conocí era un capullo, un cretino, un tío que se echa una novia simplemente para poder tener sexo regularmente, un tío que habla mal de su novia, un tío que nada más conocer a Jo la llama “puta e infiel”. 


Cam no es precisamente una joyita y me pareció una persona insoportable. No quiero ningún Cam en mi vida, me parece idiota, insultante, egoísta, superficial, desconsiderado. Cam nunca trató bien a Jo y se escuda en que Jo es una prostituta y ya solo por eso no se merece ser digna, ni tratada con respeto, según él, esa profesión la hace valer muy poco. Cam es demasiado grandioso para una señorita como Jo, según él. Cuando Cam mira a Jo solo ve a una puta, a una mujer interesada y manipuladora, que descuida a su hermano Cole y que no tiene corazón.


Pues bien, Cam se equivoca, y de pleno, y no lo digo porque yo llegara a adorar a Jo *va a ser que no*, sino porque Jo es una buena persona, es una chica que se merece mucho más de lo que él podrá darla jamás. Jo es una prostituta de lujo, aunque se la verá aceptando la realidad de su profesión. Ella no quiere enfrentarse a ello, pero la cuestión no es esa, la cuestión es que Jo se merece ser tratada con respeto. Muchos podrían decir que ella tomó el camino fácil al buscar hombres de dinero que la apoyaran y consolaran, hombres que en verdad no significan nada para ella, solo una red en ese abismo, pero Jo tampoco se aprovecha de ellos como haría una profesional. 

Y tampoco se puede decir que haber elegido ese trabajo le haya ahorrado trabajar, todo lo contrario, se deja la piel trabajando como camarera, secretaria y señorita de compañía de un hombre en exclusiva. Si algo no se puede negar es el amor infinito que le tiene Jo a su hermanito Cole. Jo se vende a sí misma para sostener a su hermano y a una madre enferma y horrible, Jo se deja la piel en una vida muy dura mientras su corazón ya no sabe ni donde está. No me da pena Jo, *bueno, si un poco*, porque más que pena, creo que es valiente. Y se merece respeto. Ella misma dice que no siempre fue buena, que robó novios, que jamás se preocupó de ser honesta o de que lo que hacía estuviera bien, Jo no trata de hacerse la niña buena, es Jo, punto. A mí no me cayó lo que se dice bien, pero llegó un punto en que dejó de parecerme insoportable, dejé de juzgarla tan duramente, y la toleré, y vi cosas buenas en ella.

Cam es un capullo, un novio horrible, un mal amigo, y no creo que sea el chico adecuado para Jo. Jo merece algo más que un tío que solo la ve como dos piernas bonitas, unas pechos suculentos, un rostro hermoso, y poco más. Cam de vez en cuando repite que Jo es inteligente y puede dedicarse a otra cosa, pero en realidad, no son más que palabras.

Cam demuestra que solo siente lujuria por Jo, nunca amor, nunca creé en ella, y eso pronto se ve reflejado en la vida que tiene con ella. Otras mujeres le roban la atención a Jo, ella nunca es más que el capricho lujurioso de un capullo como él. O sino que se lo pregunten a Jo cuando Cam la deja de lado para rememorar momentos y tener citas con Blair, su ex novia. ¿Sinceramente? Yo creo que cuando Cam era novio de Jo, le fue infiel con Blair, igual que a Becca le fue infiel con Jo. Cam es un llorica, además, cuando cuenta su ridícula historia, no me lo podía creer. ¿Cómo alguien puede ser tan estúpido como para darse a las drogas por ESA razón? En serio, no es necesario que los protagonistas masculinos tengan un trágico pasado o se hayan comportado estúpidamente para que enamoren. Cam de ninguna forma jamás podría enamorarme, ni decirme nada. Solo es un cretino, y nunca, en todo el libro, logró cambiar mi opinión sobre él.




Me parece muy difícil que a esta novela se la pueda calificar como una historia de amor, durante la primera mitad Cam está con Becca, Jo está con Malcolm, y el trato entre Jo y Cam es malo, malísimo, y durante la segunda mitad Jo y Cam no hacen nada especial, solo dedicarse a tener largas horas de sexo, conversaciones vacías y escasas, y después, desencuentros por la situación familiar de Jo y por el nuevo trabajo de Cam y su recién aparecida ex novia. Para Cam, Jo nunca deja de ser una chica florero con la que tener sexo alucinante, y para Jo, Cam es una novedad, el primer novio real que ha tenido.


Los personajes secundarios y la pluma de Samantha Young es lo más resaltable de este libro.  

>> Básicamente, los personajes secundarios fue lo más entretenido de este libro. Me gustó ver interactuar a Jo con personajes como Joss, Braden, Olivia, Nate, Cole. Con Joss no terminé de creerme su relación, me pareció demasiado diferente a como eran antes en Calle Dublin. En Calle Dublin, Joss y Jo apenas se hablaban, eran solo compañeras de trabajo, y ahora, por arte de magia, hemos de creer que en este tiempo se han hecho grandes amigas. No digo que no parezca bonita esa redescubierta amistad, pero no me la he terminado de creer, también porque Joss es demasiado abierta ahora y por mucho que el amor ayude, no cambia tu personalidad. Con Olivia en cambio sí me pareció que la relación resultaba real, que era natural. Olivia es el regalo de Cam para Jo, es la hija de Mick, el hombre que casi fue un padre para Jo. Me gustó verlas interactuar, sobre todo, porque me encantó Olivia, tan dulce, serena, y cariñosa. A Olivia la vi interactuar en una escena con Nate y fue divertido, desde ya sé que Nate y Olivia van a ser unos amigos de esos que rebosan química y mucho amor, me encantan juntos. Mick es un buen hombre, todo un padre para Jo, y me sorprendió mucho que se hubiera mantenido tantos años lejos de Jo, pero me dio mucha pena descubrir como él y Olivia habían perdido a la madre de Olivia (la esposa de Mick). Cole me gustó, aunque creo que Samantha podría haberle dejado hablar más y gruñir menos. La verdad es que, ante todo, Cole es muy maduro, ha pasado por mucho, ha sufrido mucho, y es encantador *Cruzo los dedos para que no cambie*. De momento, Cole es un pequeño adulto con ojos llenos de tristeza, y corazón de oro. Hannah, la hermana de Ellie, es bastante parecida a la Ellie de Adam, y la historia de Hannah con Marco, es bastante parecida e igual de complicada que la que tuvo su hermana con Adam. Voy a ser muy sincera: quiero a Marco cuanto más lejos mejor de Hannah, pero sé que al final, después de hacerle mucho daño y ligar con otras, la seducirá, se largará durante cinco años, tendrá un bebé con otra, y después, volverá, para reconquistarla *y sin contarle que tiene un hijo*. Sí, no quiero a Marco para Hannah. Pero no puedo hacer nada. Es como lo de Adam y Ellie, no me gusta nada ese chico para ella pero a ella sí, así que, a aguantarse. Desde fuera, me ha gustado reencontrarme con las dos parejitas, Ellie y Adam, y Joss y Braden, y la verdad es que me he echado algunas risas con la preparación de la boda de Joss y Braden. No comprendo porque Joss deja que Ellie organice su boda si después no quiere saber nada de sus ideas románticas e idealistas.



 Samantha Young escribe bien, eso no lo puedo negar, pero en este libro, no se ha lucido nada. Una pena enorme, la verdad. Hasta aquí mi triste y desastrosa historia con Calle Londres

17 de octubre de 2014

Mairunovich de Zakuri Sato. Serie completa.


 
 
 
 

Tenía muchísimas ganas de leer esta serie manga, esa sinopsis me parecía genial, y las portadas, eran de lo más tiernas. Y bueno, fue empezar la serie y no poder dejarla.

 
El primer tomo me encantó, me hizo fangirlear muchísimo, lo amé, pero después, la serie comenzó a decepcionarme mucho y a gustarme cada vez menos. Aunque me siguiera pareciendo amena, entretenida, adictiva.


Zakuri podría haber creado algo más hermoso, pero no. Zakuri se olvidó de que su historia era una apasionante, divertida y enternecedora comedia, y no un drama absurdo, doloroso.
Esta historia ha logrado ponerme un gran nudo en el pecho y fue doloroso sentirme tan decepcionada con ella. Es que todo empezó tan bien y acabó de una forma tan mediocre.
Yo amaba a Mairu, adoraba a esa niña de impresionante rostro, a esa pequeña maltratada por el mundo, a la niña embrujadora que no era capaz de verse a sí misma. Esa niña que lloraba, y sufría, que sentía que no era bella y que no merecía nada bueno. Mairu se ganó mi amor. Fue un flechazo, a los dos segundos de conocerla yo ya la quería, era tan adorable para mi, y no podía comprender como sus compañeros de clase, e incluso su propio hermano podían maltratarla. Era tan bonita, en corazón. Y de repente se cruzó Tenyuu en su camino y a mí este ángel guardián me robó el corazón. Miraba de una forma tan bonita a Mairu, la trataba con tanto cariño, siempre estaba ahí para ella. Se convirtió muy rápidamente en su mejor amigo. Y ahí estaba yo, soñando con una pareja adorable. Fue muy bonito lo que sentí en este primer tomo, tantos sueños.

Y después llegué a ese segundo tomo y todo eso desapareció. Y así fue pasando tomo tras tomo, mis ilusiones arruinadas.

 
Todo lo que hacía especial a Mairunovich se perdió en la bruma. Fue doloroso perder esos momentos de risa, comprender que nunca iba a haber nada entre Tenyuu y Mairu, encontrarme con una Mairu que empezaba a perder todo eso que la hacía tan bonita por dentro. Fue decepcionante, mucho, como un puñal.

No me gustó nada como evolucionó esta historia. Fue triste ver como una historia tan divertida lo perdía todo para convertirse en el diario de una chica obsesionada con el amor. Desde ese segundo tomo Mairu no para de buscar el amor, primero es Naru - Kun, con el que tiene una larga relación durante varios tomos, después es un adulto egoísta y posesivo, posteriormente Mirai, el vecino de Mairu, luego no lo sé porque a partir del tomo nueve no leí los tomos (solo estaban disponibles en japonés), pero del tomo diez al doce si leí resúmenes, y la historia fue allí ya un auténtico lio, con Tenyuu dudando entre Mairu y su antiguo amor, con Mairu con el corazón roto por su mejor amigo y con un guapo fotógrafo tratando de conquistar a Mairu.


No me gustó nada como involucionó Mairu. Mairu no fue un personaje que evolucionara con el paso de las páginas, sino todo lo contrario. Destacar su belleza exterior no le hizo ganar autoestima. Mairu nunca aprendió a quererse y doce tomos después seguía sin hacerlo. En el fondo me da mucha pena porque esos maltratos la han dejado marcada para siempre, tanto que no necesita que nadie la llame fea, ya se lo dice ella misma. Mairu se trata mal a si misma. Y no creo que el amor sea su cura. Es dolorosamente obvio que un novio no va a enseñarla a quererse. Creo que Mairu debería ir a un psicólogo, alguien que la ayude a superar todo el maltrato psicológico y la falta de afecto que ha sufrido.
 

Mairu busca desesperadamente el amor, no se rinde en esa búsqueda, no le pone pegas a su pretendiente, le da igual si el chico es guapo o mas normalito, si tiene su edad u ocho años más, y por supuesto, lo esencial para ella es complacer al otro, ser lo que el otro busca. Mairu no tiene personalidad o si la tiene está escondida entre capas y capas de hipocresía. En el fondo Mairu busca ser lo que su novio necesite, punto. Y se ve reflejado en todas sus relaciones, en todos los novios que llega a tener a lo largo de la serie. Fue triste ver como Mairu no sabía quién era y no le importaba, como no se escuchaba nunca a sí misma.

Mairu logró parecerme irritantemente insoportable. Se obligaba a ser una persona que no era, se obligaba a salir con chicos por los que no sentía nada, e incluso cuando decía estar muy enamorada, yo no me lo creía, no me llegaba ese sentimiento suyo. No me gustó nada ninguno de los novios que tuvo y tampoco me gustó la persona en la que ella se convertía para complacerles. Además, hay dos cosas que no puedo perdonarle a Mairu, una de ellas fue que abandonara a su mejor amigo, Tenyuu, porque su estúpido novio Naru - Kun, estaba celoso de él. Mairu rompió su amistad con él para conservar a un novio violento, taciturno, egoísta y desconsiderado. La otra cosa es que le rompió el corazón a su tercer novio, Mirai. Mairu siempre supo que no podría quererle, que seguía obsesionada con Kudou, y al final, hizo añicos a este chico.


Tenyuu y Mirai y Fuwari fueron mis personajes favoritos de la serie y llegó un punto en que solo leía esta serie por ellos.

Tenyuu me gustaba mucho, yo amaba como trataba a Mairu, era tan increíblemente leal, tan buen amigo, tan atento, tan entregado. Siempre estaba ahí, incluso cuando ya no eran amigos, él estaba ahí. Cuando Kudou le fue infiel, Tenyuu llegó corriendo y se dejó la piel cuidándola y reconstruyendo su corazón. Mairu no se merecía a su mejor amigo.
 

Entre Tenyuu y Mairu nunca hubo tensión sexual, no se gustaban mas allá de la amistad. No había química entre ambos. Sí, yo soñaba al principio con verlos juntos, pero después ellos no pararon de repetir que eran como un padre y una hija así que lo acepté, me resigné, me hice a la idea de no verlos como nada más que amigos, dos jóvenes de dieciséis años unidos por el afecto. Él la protegía y ella se dejaba querer. Así que imaginad lo perpleja que me quedé cuando al final de la serie, en el último capítulo del tomo 12 se hacen novios. No entendía nada. Si al final iba a acabar así, ¿por qué nunca hubo ningún sentimiento entre los dos? ¿Por qué ella perdió el tiempo con 3 o 4 novios y por qué él no sufría al emparejarla con otros chicos?
Por otra parte, Tenyuu acabó por decepcionarme. Siguiendo con la serie comprendí que no le conocía, que no sabía nada de él, que nunca había llegado a comprender quién era Tenyuu mas allá de lo que hacía por Mairu. No es que Tenyuu luego llegara a caerme mal pero terminó por no gustarme. Su actitud en los últimos tomos, sus secretos, me dejaron triste. No era el chico que yo creía.

Mirai en cambio si me sorprendió. Al principio solo era un sexy pelirrojo muy borde. Pero después, a través de pequeñas pistas, dejó claro que Mairu era su amor de infancia y seguía siéndolo. Fue muy bonito cuando Mirai se le declaró, cuando por fin empezó a ser él mismo con la chica que amaba. Mirai era un caramelito muy, muy dulce. Y me rompió el corazón que Mairu le hiciera daño. La odié por ello.


Mirai la había querido durante diez años y ella le trató así, dándole esperanzas para al final traicionarle con su primer novio, el capullo enmascarado de chico bueno llamado Naru - Kun.
 
Fuwari me gustó mucho. Es la hermana gemela de Mirai. Es un transexual. Su cuerpo es de chico, pero su alma es de mujer. Me gustó mucho este personaje y me gustó que Zakuri le hiciera un hueco a un personaje tan fresco como este. Ojalá hubiera tenido más influencia en Mairu.


Zakuri Sato dibuja maravillosamente bien, me encantan sus ilustraciones. Hace unos dibujos preciosos. No descarto volver a leerla pero tengo mis dudas. Como ilustradora es muy buena pero en lo que a la trama de esta serie se refiere perdió todo lo que la hacía especial para convertirla en un absurdo drama con una protagonista insulsa y tonta, dañina. ¿Puedo tener fe en otras de sus series? Espero que si porque no me gustaría perderme unos dibujos tan bonitos *largo suspiro*.


 

6 de octubre de 2014

Ligar es como montar en bici de Brandy Manhattan.

Hola a todos queridos lectores. ¿Qué tal estáis?

Yo hoy quiero hablaros del último libro que he leído. Es el primer libro que me ha regalado una editorial, más en concreto, Ediciones B, editorial que publica a dos de mis escritoras favoritas: Susan Elizabeth Phillips y Jacquie D’Alessandro. Pues como decía, me hace mucha ilusión que Ediciones B haya decidido contar conmigo. El libro elegido por ellos para esta primera experiencia ha sido Ligar es como montar en bici de Brandy Manhattan




Debo admitir que en un primer momento, me sorprendió que me ofrecieran colaborar con este libro pues el chick lit no es mi género. He leído muchos libros de este género, y pocos de ellos me han gustado. Pero fue leer la sinopsis y llamarme la atención este libro. La portada me parece muy cómica. Y la promesa de una bonita historia de amor entre vecinos terminó de atraparme. Acepté, y en un par de días me leí este libro. Con él he conocido a Brandy Manhattan, una escritora neoyorkina que… ¿sabéis qué? No es más que un divertido pseudónimo. La escritora que se esconde tras este libro es española, ha pasado por algo realmente difícil en su vida y a base de fe y lucha ha salido adelante. En palabras suyas, hay vivencias que te cambian la vida. Y desde entonces, ya ha publicado algunos libros de romance histórico. Y ahora, en este septiembre de 2014, se presenta con un nuevo género literario. ¿Queréis saber de quién hablo? Ruth M Lerga.


Y ahora sí, después de que os haya contado todo esto (así si algún fan despistado no ha unido el pseudónimo, puede ir corriendo a la librería a comprar Ligar es como montar en bici), tengo que admitir que yo nunca he leído a Ruth, y me emocionó la idea de leerla por primera vez. Pero Ligar es como montar en bici no ha sido el libro que yo esperaba, y no ha conseguido reconciliarme con el género. Algunos aspectos del libro si me han gustado, pero otros no. No ha sido exactamente la lectura que deseaba, principalmente por Victoria se me ha hecho a ratos insoportable y no he estado nada de acuerdo con sus decisiones.


Como aspectos positivos, debo destacar varias cosas. La primera es que este libro me ha parecido entretenido. Me lo he leído en breve, y ha sido una lectura divertida, alocada, aunque también frustrante, triste, y en algunos momentos, decepcionante. Pero ha sido un buen libro, que dentro del género por tratar temas nuevos, por expresarse de una forma increíblemente desenfadada, y por parecer que se lee solo. Es un libro veraniego, que no se hace pesado ni aburrido, y que alguna que otra vez me ha sacado alguna carcajada. No es una novela especial, nada del otro mundo, pero si entretenida, descarada, espontánea.

También debo destacar a Brandy Manhattan, que con su pluma, me ha mantenido pegadita a sus páginas. Creo que ese es el mejor aspecto de esta novela, sus letras descaradas, amenas, rápidas, directas. La diferencia entre este y otros chick lit, es que esta novela, gracias a su escritora, es real, alocada, y espontánea. A veces me sorprendía en lenguaje tan coloquial que utilizaba Brandy, pero creo que combina muy bien con su protagonista, y con su trama. También quiero destacar a Ashley y Maria, los dos mejores personajes de este libro.



Ashley es el vecino de Victoria, y es una monada de doctor. No me he enamorado de Ashley, no, pero es una monada. Ashley es un buen hombre, tiene algo adorable, quizás que siempre es amable, atento, fiel, testarudo, pero sobre todo, que siempre está ahí para Victoria. Nada más conocerse, Ashley y Victoria conectan, se desean, pero ambos reprimen sus sentimientos, y en cambio, eso no les impide convertirse en amigos. Ashley es un gran amigo, el ideal, y creo que se porta mucho mejor con Victoria de lo que Victoria se porta con él. Victoria no se merece a Ashley. Este moreno es demasiado caballeroso para ella, demasiado bueno. En serio, me gustó Ashley, y creo que Victoria es muy injusta con él. Pero bueno, las cosas fueron como fueron, y Ashley se lo perdonaría todo. No es que él no tenga sus propios secretos, cosas que mantiene ocultas y que no consideraría contárselas a nadie más que a su familia. Quizás es que no tiene fe en las personas, pero se comprende que no confíe en las mujeres. Menos si siente algo importante por ella, como le pasa con Victoria. Ashley se enamora mucho de Victoria, y lo demuestra siendo siempre el gran apoyo de esta pija española recién llegada a Londres.

Maria es el otro personaje que quiero destacar, su historia es muy trágica, y su final me hizo querer llorar de verdad. Fue una pena perder a un personaje tan tierno como Maria, pero me quedo con la bonita sensación al ver como a Victoria le robaba el corazón esta Mujercita. Hay personas que llegan a tu vida, y en unas horas, forman parte para siempre de ti. A Victoria le pasó esto con Maria.


Y ahora, esos aspectos negativos de los que también debo hablar… Victoria y sus decisiones fueron el mayor aspecto negativo. 




Como protagonista, Victoria no terminó de gustarme. Sí, hubo momentos en que me reí con ella, otros en que lloré al sentir su dolor, pero también hubo otros en que quise odiarla, porque me parecía irreverente, injusta, alocada, dañina. No comprendí su sentido del humor, y no me gustó verla tan perdida, no la entendí. En vez de estar rota de dolor por la traición de su pareja, Victoria estaba obsesionada con su recién descubierta soltería, por vivir alocadamente todos los días que le quedaban tras haber estado contenida bajo una relación en la que amó mucho pero también se perdió a sí misma.

Nada más llegar a Londres, Victoria se enamora de su sexy vecino Ashley, sí, el médico sexy del que se rumorea que es gay pero que siempre le manda señales de deseo incendiarias. Pues Victoria decide coger ese amor y vivir la vida locamente, y en esa locura no entra luchar por un vecinito que siempre está a su lado. No, en esa vida solo hay hueco para el placer sexual, y mejor si lo encuentra con desconocidos absurdos que jamás han hecho nada especial por ella. Victoria necesita recuperar la seguridad en sí misma, aprender a montar en bici, y ¿por qué no practicar con los falsos Grey’s, los niñatos insolentes, los actores aduladores? Todos salvo alguien que pueda robarle algo más que orgasmos.

Victoria jura y perjura que está muy enamorada de Ashley, pero aun así, no para de salir a ligar, de hacer locuras, de acostarse con idiotas en discotecas. El sexo domina parte de su vida, y Ashley no forma parte de ella, aunque Victoria se recree en fantasías de barandillas, esposas, y vecinos caballerosos. Odié que Victoria fuera tan cruel con Ashley, que siempre fuera tan egoísta y desconsiderada, que nunca estuviera ahí para él, que siempre se llenara la boca hablando de su fuerte atracción sexual y emocional por Ashley, que dijera mil veces lo enamorada que estaba de él, y que luego siempre valorara más unos polvos, un pene, unos condones estriados, unos orgasmos múltiples. Decisiones como esas fueron las que hicieron que esta novela me decepcionara tanto. Yo esperaba una bonita historia de amor, con el toque de comedia que a veces tiene el chick lit, pero por culpa de Victoria, no fue así.

Ashley tampoco ponía mucho de su parte, callando ciertas cosas, pero… ¿Qué hubiéramos hecho nosotros tras la experiencia de él, y sobre todo, al ver cómo se comporta la persona que amamos ahora? Ashley no puede creer que Victoria le quiera si siempre le cuenta con tanto gusto lo bien que se lo ha pasado en la cama de otros. Me parece bien que las novelas del chick lit cuenten con protagonistas reales, imperfectas, modernas, pero Victoria no fue de mi gusto. Victoria es un zorrón, ella misma lo dice, y no me gustó, punto. Tampoco la comprendí mucho, a veces era jodidamente irreverente, tan loca, tan ácida, tan… pues eso, insufrible.

Pero no siempre me llevé mal con Victoria, también hubo momentos en que me pareció simpática (cuando dejaba sus obsesiones a un lado), reí con ella, y aprecié su descaro, su vivacidad, su amor por la vida, su locura soleada, su defensa de las españolas, su pasión, y la aplaudí cuando dejó de huir y de esconderse y se defendió, cuando le dejó las cosas muy, muy claritas a su ex, cuando hacia el final se esforzó por actuar en consonancia con su corazón, cuando de una vez por todas se decidió a echarle el lazo a Ashley, cosa que fue muy cómica. Decir que Ashley no tuvo ninguna posibilidad de decirle que no a Victoria es quedarme corta, Ashley era incondicional con ella, y lo demostró.

Yo diría que Victoria es una chica Maxwell, y estoy segura de que a algunas lectoras, la imperfección de Victoria, su personalidad al completo, les encantará, pero conmigo no va mucho.


Hubo toques curiosos en esta novela que me gustaron, pero habrían sido mucho mejores si se hubiera profundizado en ellos. ¿Ejemplos? La ambientación londinense, el trabajo de Victoria como fisioterapeuta, este último aspecto fue una novedad, y me habría gustado saber más. La etapa de Victoria con Maria fue agridulcemente tierna. Algo que me sorprendió, con lo que aprendí, y reí, y que comprendí, que le iba muy bien a esta novela fueron esos pies de página de Victoria y de Brandy, y esas citas con las que Victoria hacía cómplice al lector de lo que estaba viviendo.


La historia de amor fue como en todas las chick lit, apenas tuvo páginas y no se tocó como debería. Al menos yo, me quedé con la sensación amarga de que muchas cosas podrían haber pasado entre Ashley y Victoria y no lo hicieron, y eso que al principio, parecía que esto no sería así. Pero supongo que Brandy se olvidó de que ahí estaba Ashley, esperando a que Victoria le mirara un poquito de más y se enamorara de él. Fue una historia de amor floja, sin toque de profundidad. Me faltó una mejor explicación a los secretos de Ashley, y una buena conversación entre ambos, con fuertes declaraciones por parte de los dos.


Estoy segura de que Ligar es como montar en bici será la novela perfecta para algunas lectoras aunque yo no me encuentre entre ellas. Es más, una de mis amigas, ya se muere por leer este libro. Yo sé que ella lo amará en la forma en que yo no he podido. No me arrepiento de haber leído este libro, pero mis ilusiones se han visto rotas. Esperaba algo diferente de Victoria y he salido defrauda por ella. Con todo, me alegro de haber conocido a Ruth, Brandy en este caso, y sus desenfadadas letras. Curiosidad tengo por sus obras históricas, que quizás sean más de mi gusto. Antigua que es una, y a mucha honra. El chick lit no se volverá a asomar en mi vida, eso es muy probable.

Gracias a la editorial por este ejemplar, y un beso para todos lectores.


Mire – Mayu.