Closet monster

Película

País: Canadá

Año: 2015

Género: Misterio, psicología, Lgbt

Age of Coming

Oscar Madly es un chico de dieciocho años que tuvo que crecer deprisa por varias razones.

Su papá estaba obsesionado con Buffy Cazavampiros y Oscar tenía su propia estaca. Su mamá les abandonó una noche y a cambio le dejó a Oscar un hamster que “habla", al menos en la mente de Oscar. Sumado a esto, en la escuela Oscar siguió a unos chicos en secreto sin saber que iba a contemplar lo que le marcaría de por vida: el ataque que dejó paralítico a un adolescente. Oscar no comprende el porqué de esa violencia y ese odio y cuando le pregunta a su papá este responde con naturalidad: “por ser maricón".

Han pasado diez años de éstos sucesos, pero Oscar todavía puede sentir como esa barra con la que vió como atacaban al chico, está dentro de su cuerpo, enfermando su mente.

Closet monster es una película que tenía muchísimas ganas de ver desde que descubrí el cine LGBT, realmente tenía un montón de ganas. Debo decir que yo creía que era una película romanticona y en ese sentido me quedé a cuadros porque no lo fue. Por suerte, es una gran película que no necesita centrarse en el amor para que merezca la pena, es una historia que vale muchísimo por sí misma. Mi gran alegría fue descubrir que Deborah también había visto esta película, fue genial poder comentar las escenas de esta película con ella.

Closet monster nos sitúa en Canadá, donde yo me enamoré de Oscar, un chico casi normal que es el centro de esta historia: él y su mente. Me encanta que esta película sea tan psicológica, de verdad que me quedé alucinada con ella. Vivimos el inicio del trauma de Oscar y también el final, recorremos cada estadio con él, y lo hacemos de un modo que mi corazón estaba siempre al borde. Me encantó la tensión que me provocó esta película, como gobernaba que mi corazón corriera alucinado. Realmente es una historia sorprendente que con muy poco hace algo genial, también porque tiene un protagonista con una evolución psicológica palpable.

Yo felicito a su director Stephen Dunn por su debut, creo que logró realizar la película que llevaba dentro y a mi me rompió el corazón. Lo mejor es que me hizo olvidar todas mis ideas preconcebidas sobre lo que yo creía que sería Closet monster y me sorprendió todo el tiempo, grandes o pequeñas cada secuencia era una sorpresa, era como esa sensación que tiene la vida: el dinamismo no saber cuál será el siguiente momento y cómo será. Oscar en ningún momento viaja por delante de nosotros, vamos de la mano con él en este doloroso camino donde al final encontrará las respuestas: el final del dolor, el principio de la aceptación, y la reconciliación con la vida. Su aprendizaje va paso a paso, y de verdad que yo quise abrazar a Oscar, traerle aquí, hablar con él, y hablo tanto del Oscar adolescente como del Oscar niño porque en este debut se nos cuenta cómo la educación de unos padres, la relación con ellos, y un acto violento de la calle internalizado como normal pueden marcar una vida, creando una angustia insostenible a un niñito.

Psicológicamente esta película es una pasada, yo me pregunto cuál es el trastorno con el que Oscar ha convivido por culpa de esos hechos de niñez, pero lo que sí he visto ha sido como su vida ha quedado afectada. Como oye a su hámster Buffy hablar (lo denomina su animal espiritual), como siente dentro de su estómago la barra intentando atravesarle cada vez que piensa en algo sexual (y no solo cuando lo piensa), como necesita sacar sus pesadillas mediante sus fotografías y maquillajes gore que nadie entiende, y más detalles que forman parte de quién es Oscar. Yo creo que Oscar es normal, dentro de cómo su niñez ha quedado afectada y jodida, solo que necesita ayuda y muchísimo amor, e ideas que le hagan sentir como que pertenece a algún lugar. Por supuesto, necesita comprender que debe desinternalizar esa violencia que le hicieron creer que era normal, fruto de la homofobia.

Con esto debo recalcar que Oscar es un chico dulce y pacífico, pero lo que ha vivido y el modo en que le explicaron las cosas de niños fue terrible, y eso ha sumido en diez años de oscuridad a su corazón, quizás por eso todavía no tiene vínculos. Pero Oscar necesita de amor, de abrazos, y de aceptación, de ese río que libere su alma de esa angustia. Y me alegro totalmente de que al final Oscar comprenda tantas cosas, y le diga adiós a los que torturan su mente. Me dolió que tuviera que despedirse de Buffy, ese hámster parlante que es una alucinación suya, y que supuso un modo de Oscar de hablar consigo mismo, de expresar sus sentimientos y emociones porque estos eran válidos e importantes.

Como toda historia psicológica y con tintes oscuros, esta necesita ser vivida por el espectador, sentida, y esta es la verdad, incluso si yo os intento hablar de mi perspectiva sobre ella.

Me encantaría que no os perdierais esta película porque merece mucho la pena aunque no entre en mis favoritas. Aún así, creo que se nota que Oscar se ha quedado con un hueco en mi corazón y por eso necesitaba darle un lugar importante aquí. Oscar se merece todo el amor del mundo, y yo se lo doy.

Oscar es un personaje con un montón de matices, y yo le quiero mucho. Desde el primer segundo conecté con él, creé un vínculo, tanto con su intérprete niño como con su intérprete adolescente (¡esto es un proyecto bien cuidado!). Me resultó tan amena, refrescante, intensa, original, poética, tanto su historia como el modo en que el director la contó.

Oscar es una dulzura de chico, en serio. Tiene alucinaciones en diversos modos pero no es algo que pueda controlar él, es debido a su pasado, como ya he dicho. Él no tiene amigos (al principio yo creía que sí), no tiene una relación con su madre (ella no se esfuerza y él siempre se ha creído “la versión de su padre"), con su padre la relación parece buena pero es tóxica y se palpa, y sus acercamientos con los chicos son escasos o acaban en desastre (como vemos en la fiesta).

Oscar se merece mucho más que esa necesidad que tiene de huir del aterrador pasado. Oscar se merece liberarse de los patrones mentales con los que le han herido. Y se merece que vean su gran talento y le den ánimos. Es un niño dulce, bueno, tímido, adorable. Yo quería achucharle fuerte y no soltarle, de verdad.

Durante la película Oscar tiene una relación preciosa con Buffy, el hamster. De verdad que era una relación de cariño absoluto. Y hay un momentazo en que por culpa del sexy Wilder el hamster tiene una crisis de género 😲.

La película como digo no se centra en Oscar y Wilder, aunque por supuesto si tenemos algunas escenas de ambos pues los dos trabajan juntos entre tornillos etc y Wilder tontea muchísimo con él (o así lo sentí yo).

Para Oscar, Wilder es su primer amor, el primer chico del que se ha enamorado, el primero con el que ha habido feedback. Imaginaos que pasa cuando Oscar piensa sexualmente en Wilder con lo que os dije de las tenebrosas alucinaciones.

Yo os juro que pensaba que Wilder quería algo con Oscar, ese primer encuentro no se olvida de lo original que fue, y Wilder no paraba de lanzarle señales a Oscar, pero resulta que es heterosexual (o bi) y Oscar se entera de un modo que me partió el corazón.

Aún así, la escena en la que Oscar se siente totalmente humillado por el desastre de fiesta (y el imbécil de Andrew😥), y Wilder habla con él “normalizando” la sexualidad de Oscar me encantó, y ese beso de agua fue un regalo de aceptación.

Espero que Oscar encuentre un día un amor de verdad 😊. Me da pena no saber nada más de él justo ahora que se estaba curando.

Elenco:

Como digo, amé las interpretaciones de Connor Jessup y Jack Fulton como Oscar.

Jack Fulton.

El niño sale poco pero tiene algo muy dulce, y amé la escena en la que papá creaba un sueño para él (aunque no el sueño en sí porque era pura heteronormatividad).

Connor Jessup

El adolescente fue una pasada tanto en naturalidad como en adorabilidad como en su aprendizaje y evolución. Realmente quieres protegerlo y ayudarlo.

Por supuesto, me quedé hipnotizada con la belleza de Aliocha Schneider y con lo hippie de su personaje.

El resto de actores también estuvieron a la altura e incluso muestra un rol de madre que es más despegado e independiente, menos típico, pero no menos válido.

Mayu.