Hola a
todos queridos lectores. ¿Qué tal estáis?
Yo hoy
quiero hablaros del último libro que he leído. Es el primer libro que me ha
regalado una editorial, más en concreto, Ediciones B, editorial que publica a dos de mis escritoras favoritas: Susan Elizabeth Phillips y Jacquie D’Alessandro. Pues como decía, me hace mucha ilusión que
Ediciones B haya decidido contar conmigo. El libro elegido por ellos para esta primera experiencia ha sido Ligar es como montar en bici de Brandy Manhattan.
Debo admitir que en un primer momento, me sorprendió que me
ofrecieran colaborar con este libro pues el
chick lit no es mi género. He leído muchos libros de este género, y pocos
de ellos me han gustado. Pero fue leer la sinopsis y llamarme la atención este
libro. La portada me parece muy cómica. Y la
promesa de una bonita historia de amor entre vecinos terminó de atraparme.
Acepté, y en un par de días me leí este libro. Con él he conocido a Brandy Manhattan, una escritora
neoyorkina que… ¿sabéis qué? No es
más que un divertido pseudónimo. La
escritora que se esconde tras este libro es española, ha pasado por algo
realmente difícil en su vida y a base de fe y lucha ha salido adelante. En
palabras suyas, hay vivencias que te cambian la vida. Y desde entonces, ya ha
publicado algunos libros de romance histórico. Y ahora, en este septiembre de
2014, se presenta con un nuevo género literario. ¿Queréis saber de quién hablo? Ruth M Lerga.
Y ahora sí,
después de que os haya contado todo esto (así si algún fan despistado no ha
unido el pseudónimo, puede ir corriendo a la librería a comprar Ligar es como montar en bici),
tengo que admitir que yo nunca he leído
a Ruth, y me emocionó la idea de leerla por primera vez. Pero Ligar es como montar en bici no ha sido el
libro que yo esperaba, y no ha conseguido reconciliarme con el género. Algunos
aspectos del libro si me han gustado, pero otros no. No ha sido exactamente la
lectura que deseaba, principalmente por Victoria se me ha hecho a ratos insoportable
y no he estado nada de acuerdo con sus decisiones.
Como
aspectos positivos, debo destacar varias cosas. La primera es que este libro me
ha parecido entretenido. Me lo he leído en breve, y ha sido una lectura
divertida, alocada, aunque también frustrante, triste, y en algunos momentos,
decepcionante. Pero ha sido un buen libro, que dentro del género por tratar
temas nuevos, por expresarse de una forma increíblemente desenfadada, y por
parecer que se lee solo. Es un libro veraniego, que no se hace pesado ni
aburrido, y que alguna que otra vez me ha sacado alguna carcajada. No es una
novela especial, nada del otro mundo, pero si entretenida, descarada,
espontánea.
También
debo destacar a Brandy Manhattan,
que con su pluma, me ha mantenido pegadita a sus páginas. Creo que ese es el
mejor aspecto de esta novela, sus letras descaradas, amenas, rápidas, directas.
La diferencia entre este y otros chick
lit, es que esta novela, gracias a su escritora, es real, alocada, y
espontánea. A veces me sorprendía en lenguaje tan coloquial que utilizaba Brandy, pero creo que combina muy bien
con su protagonista, y con su trama. También quiero destacar a Ashley y Maria,
los dos mejores personajes de este libro.
Ashley es el vecino de Victoria, y
es una monada de doctor. No me he enamorado de Ashley, no, pero es una monada. Ashley
es un buen hombre, tiene algo adorable, quizás que siempre es amable, atento,
fiel, testarudo, pero sobre todo, que siempre está ahí para Victoria. Nada más
conocerse, Ashley y Victoria conectan, se desean, pero ambos reprimen sus
sentimientos, y en cambio, eso no les impide convertirse en amigos. Ashley es
un gran amigo, el ideal, y creo que se porta mucho mejor con Victoria de lo que
Victoria se porta con él. Victoria no se merece a Ashley. Este moreno es
demasiado caballeroso para ella, demasiado bueno. En serio, me gustó Ashley, y
creo que Victoria es muy injusta con él. Pero bueno, las cosas fueron como
fueron, y Ashley se lo perdonaría todo. No es que él no tenga sus propios
secretos, cosas que mantiene ocultas y que no consideraría contárselas a nadie
más que a su familia. Quizás es que no tiene fe en las personas, pero se
comprende que no confíe en las mujeres. Menos si siente algo importante por
ella, como le pasa con Victoria. Ashley se enamora mucho de Victoria, y lo
demuestra siendo siempre el gran apoyo de esta pija española recién llegada a
Londres.
Maria es el otro personaje que
quiero destacar, su historia es muy trágica, y su final me hizo querer llorar
de verdad. Fue una pena perder a un personaje tan tierno como Maria, pero me
quedo con la bonita sensación al ver como a Victoria le robaba el corazón esta
Mujercita. Hay personas que llegan a tu vida, y en unas horas, forman parte
para siempre de ti. A Victoria le pasó esto con Maria.
Y ahora,
esos aspectos negativos de los que también debo hablar… Victoria y sus
decisiones fueron el mayor aspecto negativo.
Como protagonista, Victoria no
terminó de gustarme. Sí, hubo momentos en que me reí con ella, otros en que
lloré al sentir su dolor, pero también hubo otros en que quise odiarla, porque
me parecía irreverente, injusta, alocada, dañina. No comprendí su sentido del
humor, y no me gustó verla tan perdida, no la entendí. En vez de estar rota de
dolor por la traición de su pareja, Victoria estaba obsesionada con su recién
descubierta soltería, por vivir alocadamente todos los días que le quedaban
tras haber estado contenida bajo una relación en la que amó mucho pero también
se perdió a sí misma.
Nada más
llegar a Londres, Victoria se enamora de su sexy vecino Ashley, sí, el médico
sexy del que se rumorea que es gay pero que siempre le manda señales de deseo
incendiarias. Pues Victoria decide coger ese amor y vivir la vida locamente, y
en esa locura no entra luchar por un vecinito que siempre está a su lado. No,
en esa vida solo hay hueco para el placer sexual, y mejor si lo encuentra con
desconocidos absurdos que jamás han hecho nada especial por ella. Victoria
necesita recuperar la seguridad en sí misma, aprender a montar en bici, y ¿por qué no practicar con los falsos Grey’s,
los niñatos insolentes, los actores aduladores? Todos salvo alguien que
pueda robarle algo más que orgasmos.
Victoria jura y perjura que está muy enamorada de Ashley, pero aun
así, no para de salir a ligar, de hacer locuras, de acostarse con idiotas en
discotecas. El sexo domina parte de su vida, y Ashley no forma parte de ella,
aunque Victoria se recree en fantasías de barandillas, esposas, y vecinos
caballerosos. Odié que Victoria fuera tan cruel con Ashley, que siempre fuera
tan egoísta y desconsiderada, que nunca estuviera ahí para él, que siempre se
llenara la boca hablando de su fuerte atracción sexual y emocional por Ashley,
que dijera mil veces lo enamorada que estaba de él, y que luego siempre
valorara más unos polvos, un pene, unos condones estriados, unos orgasmos
múltiples. Decisiones como esas fueron las que hicieron que esta novela me
decepcionara tanto. Yo esperaba una bonita historia de amor, con el toque de
comedia que a veces tiene el chick lit,
pero por culpa de Victoria, no fue así.
Ashley
tampoco ponía mucho de su parte, callando ciertas cosas, pero… ¿Qué hubiéramos hecho nosotros tras la
experiencia de él, y sobre todo, al ver cómo se comporta la persona que amamos
ahora? Ashley no puede creer que Victoria le quiera si siempre le cuenta
con tanto gusto lo bien que se lo ha pasado en la cama de otros. Me parece bien
que las novelas del chick lit cuenten
con protagonistas reales, imperfectas, modernas, pero Victoria no fue de mi
gusto. Victoria es un zorrón, ella misma lo dice, y no me gustó, punto. Tampoco
la comprendí mucho, a veces era jodidamente irreverente, tan loca, tan ácida,
tan… pues eso, insufrible.
Pero no
siempre me llevé mal con Victoria, también hubo momentos en que me pareció
simpática (cuando dejaba sus obsesiones a un lado), reí con ella, y aprecié su
descaro, su vivacidad, su amor por la vida, su locura soleada, su defensa de
las españolas, su pasión, y la aplaudí cuando dejó de huir y de esconderse y se
defendió, cuando le dejó las cosas muy, muy claritas a su ex, cuando hacia el
final se esforzó por actuar en consonancia con su corazón, cuando de una vez
por todas se decidió a echarle el lazo a Ashley, cosa que fue muy cómica. Decir
que Ashley no tuvo ninguna posibilidad de decirle que no a Victoria es quedarme
corta, Ashley era incondicional con ella, y lo demostró.
Yo diría
que Victoria es una chica Maxwell, y
estoy segura de que a algunas lectoras, la imperfección de Victoria, su
personalidad al completo, les encantará, pero conmigo no va mucho.
Hubo toques
curiosos en esta novela que me gustaron, pero habrían sido mucho mejores si se
hubiera profundizado en ellos. ¿Ejemplos?
La ambientación londinense, el trabajo de Victoria como fisioterapeuta, este
último aspecto fue una novedad, y me habría gustado saber más. La etapa de Victoria
con Maria fue agridulcemente tierna. Algo que me sorprendió, con lo que
aprendí, y reí, y que comprendí, que le iba muy bien a esta novela fueron esos
pies de página de Victoria y de Brandy,
y esas citas con las que Victoria hacía cómplice al lector de lo que estaba
viviendo.
La historia
de amor fue como en todas las chick lit,
apenas tuvo páginas y no se tocó como debería. Al menos yo, me quedé con la
sensación amarga de que muchas cosas podrían haber pasado entre Ashley y
Victoria y no lo hicieron, y eso que al principio, parecía que esto no sería
así. Pero supongo que Brandy se
olvidó de que ahí estaba Ashley, esperando a que Victoria le mirara un poquito
de más y se enamorara de él. Fue una historia de amor floja, sin toque de
profundidad. Me faltó una mejor explicación a los secretos de Ashley, y una buena
conversación entre ambos, con fuertes declaraciones por parte de los dos.
Estoy
segura de que Ligar es como montar en bici será la novela perfecta para algunas lectoras aunque yo no me
encuentre entre ellas. Es más, una de mis amigas, ya se muere por leer este
libro. Yo sé que ella lo amará en la forma en que yo no he podido. No me
arrepiento de haber leído este libro, pero mis ilusiones se han visto rotas.
Esperaba algo diferente de Victoria y he salido defrauda por ella. Con todo, me
alegro de haber conocido a Ruth, Brandy en este caso, y sus desenfadadas
letras. Curiosidad tengo por sus obras históricas, que quizás sean más de mi
gusto. Antigua que es una, y a mucha honra. El chick lit no se volverá a asomar en mi vida, eso es muy probable.
Gracias a
la editorial por este ejemplar, y un beso para todos lectores.
Mire – Mayu.
¡Linda reseña, Mayu! No sabía que fuera un seudónimo de Ruth, tampoco le he leído nada de sus históricas, pero las tendré en cuenta. Todavía no le cojo el hilo al chick lit, así que lo descarto. No me gustan las protas como Victoria, así que paso, paso, paso.
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