¡Buenas noches queridos lectores! ¿Cómo estáis? Espero que ahora mismo estéis esbozando una inmensa sonrisa. Espero que la magia de la navidad aún perdure en vosotros, aún cuando haya que decir adiós a esta época tan bonita e invernal.
Yo os traigo hoy una reseña que tenía pendiente de hacia unos días.
SUMMER SUNSETS (OCTOBER BREEZES #2) de MARIA RACHEL HOOLEY:
Esta es una reseña especial. Una reseña sobre una novela muy hermosa, que se ha hecho un hueco en mi corazón. Este pequeña joyita que me ha cautivado, y que, aunque no ha sido tan espectacular como yo la soñaba, si ha sido una preciosidad. Y sin duda, volveré a leerla, y volveré a llorar, a sonreír, a amar cada pensamiento, cada trazo, cada escena, cada letra, cada emoción. Y todo gracias a Devin. ¿Quién me lo iba a decir? Sí, en October Breezes #1, Devin era genial. Pero en Summer sunsets Devin enamora. Y mucho. Yo he acabado suspirando por él, suplicando por él, añorando sentir sus brazos, su voz, su mirada, su piel. Me he enamorado perdidamente de él. Devin es un amor.
Summer sunsets es una novela preciosa, tierna, emocionante, conmovedora. Especial. Es una novela hermosa. Y tiene algo que la hace mágica. No es una novela perfecta, no es todo lo maravillosa que yo la había soñado, pero si es una preciosidad, y si me ha llegado al corazón.
Summer sunsets la he leído en un suspiro, y he disfrutado de cada letra, de cada escena, de cada momento, de cada suspiro, de cada risa, de cada lágrima, de cada instante que me ha tocado el corazón. Summer sunsets desprende amor, ternura, devoción. Summer sunsets es un salto de fe, un arcoíris de colores, una lección de fuerza y valentía. Es una novela bonita, apasionada, conmovedora, agridulce, romántica. Más de una vez desató mis lágrimas, pero también me robó más de una risa, aunque lo que más ha hecho Summer sunsets ha sido robarme trocitos del corazón, suspiros llenos de anhelo, ternura, y amor. Y todo ello por cada preciosa escena, por cada esfuerzo de Devin, por cada gesto de auténtica devoción de este príncipe.
Sí, Devin es un príncipe, pero no porque sea perfecto, o porque sea rico, no. Devin es un chico normal, con sus virtudes y sus defectos, pero tiene un corazón enorme, capaz de luchar ante todo y ante todos por la chica que más ama, por la única a la que ha amado, por su preciosa y rompedora Skye Williams. Devin está perdidamente enamorado de Skye y lo demuestra en cada instante, escena a escena, pensamiento a pensamiento, con cada trazo de su corazón, con cada palabra que pronuncia, con cada paso que da. Devin es un héroe, es mi héroe, y ahora sí, también es el héroe de Skye. Devin es increíble. Es un chico normal y corriente, pero su corazón es extraordinario, su amor por Skye es inmenso, incondicional e infinito. Y Skye no puede evitar caer hechizada ante tan gran amor, ante tanto cariño, ternura, pasión, ante toda esa devoción desbordante.
Entre October breezes y Summer Sunsets, Skye se ha ido enamorando de su mejor amigo, de Devin, del chico con el que se crió, del niño que fue su compañero de juegos, del chico que siempre estuvo ahí (salvo en un instante), del hombre que sigue siendo su ancla, su roca, su tierra firma. Su refugio, su corazón. Ahora Devin lo supone todo para Skye, igual que Skye siempre lo supuso todo para Devin. Eso es precioso, sentir, pensar, creer, que por fin Skye ama a Devin tal y como Devin se merece. Con auténtico amor. Con un amor que va más allá de todo.
Uno de los fallos de Summer Sunsets es que Maria Rachel Hooley no nos permite ver cómo va asentándose ese cambio, como Skye deja de ver a Devin solo como a un amigo, y llega al punto de enamorarse de él, de considerarlo su único y verdadero amor.
¿Y el otro fallo de Summer Sunsets? Que Skye se resiste durante toda la novela a ese amor que siente por Devin, o más bien, a tener algo más con Devin, pues considera que ella está rota, defectuosa, y que no merece el amor de Devin, ni sus caricias, ni sus atenciones, ni su intensa devoción. Skye anhela estar con Devin, pero no se permite a si misma ser feliz con él, al menos no sin resistirse casi a cada paso. Menos mal que en el fondo Skye ama a Devin, y que Devin lo sabe, y no se rinde nunca con ella.
Por lo demás, no tengo ninguna pega que ponerle a Summer sunsets, salvo que en las escenas de sexo, en esos momentos maravillosos en los que Skye y Devin hacen el amor, Maria Rachel Hooley pasa de puntillas por ellos, y solo narra un poquito del antes, y el después, pero nunca el mientras. ¿Por qué no nos ha dejado presenciar esos momentos tan íntimos y especiales, tan llenos de puro amor? Es que, teniendo en cuenta la primera novela, era casi necesario que Maria nos deleitara con esas escenas, con esos momentos Skye-Devin.
Aún con todo, Summer sunsets es una novela preciosa, que me ha encantado, que me ha conmovido, que me ha robado un pedacito del corazón, y que sí o sí, releeré y lloraré, y reiré, y sobre todo, amaré. Porque si esta novela tiene algo es un amor inmenso, infinito, incondicional, que desborda cada página, que se siente en cada letra. Summer sunsets rebosa auténtico amor, una lucha infinita, una gran valentía, mucha esperanza, y una ternura y una emotividad que resultan de lo más hermosas. Summer sunsets me ha gustado mucho, no es tan perfecta como yo quería, pero si es una preciosidad, y esa portada bellísima solo lo demuestra aún más. ¿Cómo una novela puede tener una portada tan bonita, que encaje tan bien con la historia que cuenta? Es más, si miro la portada ahí veo a Skye y a Devin. Es más, esa portada representa un momento precioso, perfecto entre Skye y Devin.
Summer sunsets cuenta una preciosa y emotiva historia de amor.
Cada escena entre Skye y Devin me ha parecido preciosa, aunque algunas de estas escenas han estado teñidas de ese tono agridulce con el que Maria Rachel Hooley envuelve sus letras. El amor entre Skye y Devin es como una melodía que se te mete en la piel. Desde la primera novela yo añoraba ver a esta parejita juntos. Yo sabía que ambos podían ser muy felices juntos, que podían amarse muchísimo. Pero en October breezes no era el momento. Y ahora, en Summer sunsets, por fin Maria Rachel Hooley nos deleita cumpliendo nuestro anhelado sueño. Por fin Skye y Devin van a estar juntos, por fin comienzan algo más, por fin Skye le da una oportunidad a su corazón, por fin Devin puede abrazar, besar, amar, a la chica que ama. Ahora las barreras, los miedos, las cicatrices no han desaparecido, cada lección la llevan profundamente grabada en la piel, pero el tiempo, y la vida, les ha enseñado, que quien no se arriesga no vive, y ¿de qué sirve una vida si te niegas a vivirla?
Skye y Devin hacen una pareja preciosa, y es simplemente perfecto verlos juntos. Cada escena entre ellos está teñida de magia. De un amor que conmueve intensamente. Yo no he podido evitar llorar al verlos juntos, no he podido evitar sentir como el corazón se me llenaba. De alguna forma, me han cautivado. Ambos son dos bellísimas personas, y hacen una pareja preciosa, emotiva, dulce, y conmovedora. Son dos mejores amigos que se aman y que en el fondo, siempre han estado destinados a estar juntos. Salvo que la vida, los errores, las malas elecciones, les han hecho caer, tropezarse, romperse, y tener que reconstruirse, y tener que volver a construir ese puente que les llevara hasta el otro. ¿Pero sabéis qué? Ahora están más unidos que antes, ahora comparten un mismo corazón.
Skye es una joven a la que le tengo mucho cariño, aunque he de admitir que en Summer sunsets me exasperó un poco en algunas escenas, porque hay momentos en los que se equivoca de pleno, y tanto negarse a estar con Devin, tanto ahora-sí-ahora-no solo le provoca dolor a Devin, y en ese sentido, creo que Skye se muestra injusta con Devin. Por lo demás, Skye es uno de esos personajes a los que abrazaría muy fuerte, porque su corazón ha pasado por mucho, y esas cicatrices, esos recuerdos, aún la persiguen, el dolor aún sigue presente en su corazón. Pero ahora, Skye se ha convertido en una joven más fuerte - y ya era fuerte, eso lo demostró de sobras al enfrentarse a tanta tragedia casi sola en October breezes -, más valiente, ahora sí está dispuesta a darle una oportunidad a la vida. Su valentía en algunos momentos me ha parecido increíble. Y ese amor que ahora siente por Devin, un amor que ya sentía en October breezes, pero que ahora está teñido de un aire romántico, es conmovedor, y merecidísimo. Skye merece amar a Devin, y merece ser amada por él. Pero aún una parte de Skye no ha aprendido a amarse, una parte infinita y dolorosa. Aún se culpa por tantas cosas, aún se siente rota, perdida en aquel otoño que hizo trizas su vida. Aún siente que no se merece ese gran amor, que no se merece a Devin y su incondicional amor. Y no hay palabras para expresar la infinita tristeza que siento por ello. Solo puedo decir que, menos mal que Devin la ama tanto.
Devin es mi personaje favorito, mi héroe, mi amor. Me he enamorado perdidamente de él. Lo que Devin me ha hecho sentir ha sido algo tan grande, tan emocionante, tan increíble, que no tengo palabras para describirlo. Sin duda, Devin es uno de mis personajes masculinos favoritos. (Aunque esa lista sea muy grande XD). Me parece increíble su forma de ser, y su enorme e incondicional amor por Skye. Devin es amor, punto. Cada gesto suyo rebosa ternura, fuerza, pasión, delicadeza, valentía, generosidad, lealtad, fidelidad, tenacidad. Devin es increíble. No hay palabras para describirle, para haceros sentir quién es. Solo os pido que leáis esta novela, que os dejéis empapar por sus emociones, que sintáis en vuestros corazones las letras de Maria Rachel Hooley, esos pensamientos que Devin desnuda en Summer Sunsets. El mayor acierto de esta novela es que Maria le diera la oportunidad a Devin de ser él quien diera voz a esta novela. Y madre mía, os aseguro que Skye en October breezes era una dolorosa y emotiva protagonista, pero Devin no tiene comparación. Su voz, sus pensamientos, su corazón, me ha llegado dentro. Le quiero, le amo, le añoro, le admiro. ¡Qué grande es Devin! No solo es chico guapo, alto, moreno, sexy, es mucho más que eso, es mucho más que un hermoso chico capaz de provocar mariposas, es un corazón desbordante, es un joven que vive su vida con auténtica fuerza, con una gran valentía, y que guarda un corazón, un amor, incondicional, perseverante, y profundamente hermoso. Skye lo es todo en su vida, su luz, su alma gemela, su fe y su corazón. Cada paso que da Devin lo da porque ama a Skye, y no hay ni un solo momento en que Devin falte a ese amor, ni a ese corazón tan grande y generoso que tiene, tan incondicional y valiente. Y no, no es perfecto, es demasiado cabezota, muy serio, y muy tímido. Pero, ¿qué más da? A Devin, sus defectos y virtudes solo le hacen más grande. ¿Sabéis por qué? Porque si se equivoca sabe pedir perdón, y porque nunca, jamás, falta a su palabra. Y porque demuestra tanto amor. He llorado por cada lágrima que Devin ha llorado, se me ha roto el corazón cuando le he visto roto, cuando he sentido la fuerza con la que su corazón podía romperse, pero no solo le amo por esto, por lo mucho que me conmueve, o porque le admire profundamente, por su fuerza, su ternura, su devoción, su valentía, le amo porque tiene un corazón que me ha dejado temblando, porque cada palabra suya, cada mirada, cada caricia, cada hecho, cada gesto, lo he sentido verdadero, porque Devin es real, y porque casi puedo saborearle, su amor, su generosidad, su luz, su fuerza. Devin es mi roca. Y ha sido increíblemente conmovedor conocerle, sentirle. Y ya solo por él, merece leer esta novela. Quiero abrazar a Devin y no soltarle nunca.
Respecto a los personajes secundarios... en Summer Sunsets nos reencontramos con Helen y Warren (la madre y el padre adoptivo de Skye), y por fin podemos conocer a los padres de Devin, aunque eso sí, en esta novela el papel de los secundarios es bastante reducido, y yo he echado en falta saber un poquito más como les va la vida a Warren y Helen, y conocer más a los padres de Devin. Aunque la madre de Devin si ha brillado un poquito más que los demás, y para mí ha sido bonito conocer la estrella relación que tienen madre e hijo. Y por último, en los últimos instantes de esta novela, tenemos a Helena, la preciosa bebé que les roba el corazón a Skye y Devin en un solo latido del corazón. *o*
Respecto a las letras de Maria Rachel Hooley, son preciosas, intensas, conmovedoras, emotivas. Y en Summer sunsets siguen siendo agridulces, pero también están teñidas de una ternura, de una magia, de una fe, de un intenso amor, y de una risa que le faltaba a October breezes. Maria Rachel Hooley me ha conmovido mucho con sus letras, por supuesto.
Summer Sunsets supera, y con creces a su predecesora, aunque eso sí, hay que tener en cuenta que las dos novelas están estrechamente ligadas, y que sin la una no se podría entender la otra, no se podría sentir esa profunda evolución, ese paso de gigantes, ese arcoíris arrasador. Ambas novelas tienen un corte muy diferente, pertenecen a géneros diferentes. El tono de una novela es diferente al de la otra, y aunque yo prefiero, y con mucho, Summer sunsets, sin October breezes no se podría entender muchos porqués.
¡Un beso a todos! ¡Os quiero!
Mire - Mayu.
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