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21 de agosto de 2014

Antes y después de amarte de Ángeles Ibirika

Hoy necesito hablaros de una novela especial para mí, una obra de corte dramático que me ha roto el corazón. Bueno, ¿digo roto? Mejor decir que me lo ha arrancado.

ANTES Y DESPUÉS DE ODIARTE DE ÁNGELES IBIRIKA:



Lo primero que debo decir es que Ángeles me parece un ser humano asombroso. Si, solo la he visto una vez, en el RA 2014, pero pude hablar dos veces con ella y me transmitió muchas cosas bonitas. Fue increíblemente dulce conmigo, y me dio muy buenas vibraciones. Además, Ángeles me pareció tan humilde... y trata de una forma maravillosa a sus lectoras. Es un amor.

Pues bien, Ángeles me contó aquel día que Antes y después de odiarte es una de sus novelas más sufridas, y supongo que, ingenua de mí, no la creí. Nada me podría haber preparado para lo que encontré entre las páginas de esta novela. Para lo que iba a sentir.


Antes y después de odiarte me ha roto muchísimo el corazón, me lo ha arrancado del pecho y me ha dejado sin aire. Apenas si podía respirar tras terminar esta novela, y menos dormir. ¿Y dejar de llorar? De eso ni hablar.


Ángeles me ha robado el corazón, y yo la he amado y la he odiado por ella. Ángeles Ibirika me ha dejado sin alma, herida por completo, con el alma rota y desconsolada. Esta novela ha sido como estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo. Ángeles es una embrujadora, es magia y es vida, pero también es dolor, y sufrimiento. Antes y después de odiarte es una novela llena de emociones al desnudo, que me ha llegado muy profundamente. Ha sido doloroso sentir tanto.

No sabía que Ángeles era tan capaz de absorberte y embrujarte y capturar tu corazón y mover tu alma al son de sus palabras. No sabía que Ángeles podía clavarte tantos puñales en el pecho y dejarte sin aire, rota de dolor. No sabía que solo ella era capaz de devastarte de dolor y de impedirte llorar, porque ni las lágrimas podrían expresar tal magnitud de sentimientos.  Ángeles me ha llegado de verdad al corazón, se me ha metido bajo la piel, y me ha hecho pedazos, no sé ni como podré ahora recomponer mi corazón.

Amo y odio esta novela. Me he sentido absolutamente desprotegida leyéndola, pero no podía dejar de leer, no podía abandonar a Mikel y a Ane antes de que acabaran su viaje. No podía decir adiós a la historia de Ane y Mikel sin saber su desenlace, sin vivir con ellos todos los momentos de su vida. He sufrido mucho con estos dos protagonistas. Y los he amado. Pero a Mikel también le he odiado, y mucho.

Para mí, esta no es una novela de romántica. Demasiado dolor se esconde entre sus páginas para que pudiera serlo. Más bien, es una obra de corte sentimental, una historia dramática. No puedo decir que no la recomiende o que sí, pero a los que tengan el corazón tan sensible como el mío, no les diría que "adelante". Pero, lo malo de eso, es que una se perdería una parte maravillosa de esta novela sino le diera una oportunidad. He amado y he odiado esta novela, lo digo muy claro. Hubo momentos en que quise abandonar su lectura y nunca más acercarme a ella, pero no pude. Ángeles tenía mi corazón en sus manos, y me suplicaba que siguiera adelante. Entonces traté de protegerme de tanto dolor, esconderme, pero no pude. ¿Cómo aislarte de algo así, resguardarte, si Ángeles es una bruja dolorosa y hechicera? Es imposible esquivar las mil emociones de esta novela. Para mí no ha habido respiro durante la lectura de esta novela, no descansé hasta terminarla. La he leído en un solo día, y hasta las seis de la mañana no me acosté, y cuando cerré las páginas de Antes y después de odiarte, no sabía cómo sostener mi corazón. ¿Latía todavía? Sí. Por supuesto. Pero esta novela me robó los latidos en más de un momento, y después, a golpe de esperanza, me dejaba respirar por un minuto. Ha sido una lectura muy difícil para mí. Probablemente no vuelva a perderme entre las páginas de esta novela, porque no soportaré tanto dolor una segunda vez, pero sé que nunca podré olvidarla. Igual que jamás podré olvidar a Ángeles.

Su novela me ha dejado extenuada. Tras leerla solo quería encontrar un poco de dulzura, algo de amor que curara mi corazón roto. Es como despertar lentamente de un viaje enorme y trascendental.

He amado y he odiado esta novela, pero eso puedo explicarlo fácilmente.

El pasado de esta novela, donde se esconde la historia de amor de Mikel y Ane, lo he amado. He adorado con toda mi alma ese pasado, esa casi épica historia de amor. Ángeles me ha sorprendido y me ha dejado completamente enamorada con esa parte de su novela. Fue imposible no amar esa parte. Ángeles, además, nos regala una inmensa parte de ese pasado, mil escenas que amar y atesorar de Ane y Mikel, y fue imposible no caer ahí en su embrujo. De verdad me fascinó ese amor entre Ane y Mikel y como su relación fue creciendo. Siempre tuvo un toque sexy, dulce, chispeante, lento, divertido, mágico, y real. Un amor muy devoto. Tan enorme que ni el golpe de la más fuerte tormenta podría romperlo. Salvo que esa tormenta fue un huracán y ese huracán si rompió en pedazos a Ane y Mikel y destruyó todo cuanto habían construido juntos.



He odiado el presente de esta novela, lo he odiado muchísimo, he llorado de pura rabia, he querido pedirle explicaciones a Ángeles y preguntarle el porqué de su enorme crueldad con Ane y Mikel. Ellos no se merecían estar separados, condenados a amarse y a malvivir sin el otro. He odiado demasiado el presente de esta novela, es aquí donde Ángeles, me ha hecho pedazos el corazón. ¿Cómo se puede crear tanto dolor? Mi pecho no podía contener tantas emociones. Apenas si podía respirar de lo mucho que me estaba lastimando el presente de esta novela. Ese presente ha sido jodidamente cruel, durísimo, matador. Ángeles me mataba con este presente. Me mataba, me mataba y me volvía a matar. He odiado este presente. Demasiado.

¿Veis por qué amo y odio esta novela?

El final es precioso, y como no, he roto a llorar. Tantas emociones tenían que salir por algún lugar, y una vez que empecé, no podía parar de llorar. Todas mis emociones se desbordaron y no sabía ni cómo hacer para que mi corazón latiera a un ritmo normal. Tuve que sostener mi pecho muy fuertemente y respirar hondo. Pero me dolía. En verdad me dolía. Incluso suspirar. Ese final fue increíble y lo he adorado, fue un pequeño descanso tras tanto dolor y sufrimiento. Fue amor.

Ángeles Ibirika se ha hecho de rogar con esta novela. Me lo ha puesto difícil con esta novela. Pero de alguna forma, todo ha sido muy real. Muy vivo. Y he querido a sus protagonistas, Ane y Mikel, y creo que por eso todo me ha dolido tanto. Porque sus personajes se me metieron en la piel y no estaba yo a salvo de sus emociones. A Ane la he amado, punto, no me ha dejado otra opción, me ha encantado. Ha sido maravilloso conocerla. Ane es pura luz. Es amable, dulce y buena, siempre. Es un amor. Una mujer real y maravillosa, a la que he querido proteger durante todo el presente de esta novela, y a la que he aplaudido por como actuó en ese pasado. Fue hermoso ver como se enamoraba de Mikel, como la magia de él la embrujaba y la dejaba sin red. A Mikel le he amado y le he odiado, amé como era en el pasado, y odié como era en el presente. Tanto como le amé le odié. En el pasado, Mikel era increíble, este dibujante tenía el corazón más grande del mundo, era hermoso, tan dulce y leal, tan sensual e irresistible, tan romántico, y detallista y tan entregado y valiente. Mikel se enamoró perdidamente de Ane, ella se convirtió en su mundo entero. Le amé, así de simple. Pero en el presente le odié, porque Mikel ya no tenía alma, Mikel era un cabrón, ruin, déspota, vengativo, e inconmovible, insoportable. Me mató su crueldad y su forma de tratar a Ane. Yo si hubiera sido ella no le habría dejado pasarse tanto, y encima sin rechistar ni defenderse. Y también odié profundamente a Mikel porque nunca quería escuchar a Ane, su amor no fue tan incondicional como juraba y prometía. Mikel prefirió pasar su vida junto a otra que darle la oportunidad de la redención y el perdón a Ane. Ese aspecto de la novela me devastó. Fue insoportable ver a mi Mikel con otra, verle follar a la manipuladora zorra de Bego, y ver como compartía momentos de pareja con ella. No puedo soportar ese tipo de cosas. Y Ane... mi Ane sufría y sufría. Poneos en su piel, ¿cómo viviríais sabiendo que el amor de vuestra vida, vuestra alma gemela, prefiere por puro rencor estar con otra cuando es a ti a quien ama? Odié a Mikel por estar con Bego, y no puedo perdonárselo. El auténtico Mikel jamás hubiera estado con otra que no hubiera estado Ane, pero ahí está el problema, Mikel ya no existía, aun así, era imposible no desear que estuviera con Ane. Además, yo tuve razón, podría decirle a este nuevo Mikel, al desalmado y cabezota y rencoroso cabrón, “en cuanto pasaras tiempo de verdad con Ane, encontrarías ese corazón perdido, y vivir significaría algo más que respirar dolorosamente.”

Sé que yo habría amado mucho pero mucho esta novela si Bego no hubiera existido, si Mikel no hubiera tenido nada con otra. Mikel era de Ane, punto. Jamás debería haber estado con nadie que no hubiera sido con ella. ¡Y le odio por eso! Pero también por no saber ver que Ane le amaba, por estar tan ciego, por mirarla y no desear más que llevársela al infierno con él, ¿cómo no iba a odiarle por eso? Y también por ser tan inconmovible, por no valorar ni una sola vez el infinito número de veces que Ane salvó su vida. Pero sobre todo, le odié por haber amado a Ane pero jamás lo suficiente como para que pudiera darle la oportunidad de explicarse. Pero le amé, a Mikel, a pesar de todo, le amé mucho, y quizás esa era una de las cosas que más me dolían. Amar tanto a alguien y no tener fe, no saber si alguna vez volverás a verle, si estará para siempre perdido en una nebulosa de oscuridad. Al final Mikel volvió de entre las sombras, ¡volvió! pero lo hizo al final, cuando quedaba poquito para ese desenlace. Y ese Mikel final, el auténtico, el del pasado, ya me tenía robado el corazón, así que, ¿que podía hacer yo? Solo rezar porque nunca más nada volviera a separar a Ane y a él. Pero también rezar porque nunca más se le ocurriera lastimarla. Ane se merece mil sonrisas, un siglo entero de besos, y palabras de amor, de gestos llenos de ternura y devoción. Se merece que Mikel vuelva a entregarle su alma.

Esto no es una reseña, para nada. No se trata de eso. Son palabras... un sentimiento que no me puedo sacar del pecho.

Ángeles Ibirika me ha embrujado con sus letras. Tiene un auténtico don para escribir y quisiera seguir leyéndola si me promete que nunca más me hará sufrir tanto. Ángeles Ibirika escribe de una forma muy hermosa y desgarradora. Esas letras han sido como un canto de sirenas, me las he bebido y las he amado. Han sido como magia corriendo por mis venas. Sus letras son maravillosas, no hay palabras para expresar lo bien que escribe, y como logra hacerte que le rindas tu corazón. Esas letras... son vida, y son amor, y son dolor, y son un vacío inmenso imposible de llenar, son música y luz, que se meten bajo tu piel y te dominan y te hacen suya. Algo increíble sucede cuando Ángeles escribe. Seguro que un ángel lloraría leyéndola. Yo me he roto al hacerlo. Espero que la próxima vez Ángeles me enamore y me haga feliz. *Lo pido, ¡por favor, por favor, por favor!*


Y callo ya. Sé que he dejado palabras en el tintero, pero no puedo contar más. Le he escrito una carta a Ángeles donde he desbordado todo mi corazón y esas palabras son única y exclusivamente para ella. Ahora, solo espero que en el próximo RA, le dé un pequeño refugio a mi corazón con un gran abrazo suyo.

¡Un beso!
Mire – Mayu.


1 comentario:

  1. Hola, me encantaría que me dieras tu opinión acerca de mi blog. Gracias por el tiempo.

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