Hoy necesito hablaros de una novela especial para mí, una obra
de corte dramático que me ha roto el corazón. Bueno, ¿digo roto? Mejor decir que me lo ha arrancado.
ANTES Y DESPUÉS DE ODIARTE DE ÁNGELES IBIRIKA:
Lo primero que debo decir es que Ángeles me parece un ser humano asombroso. Si, solo la he visto una
vez, en el RA 2014, pero pude hablar
dos veces con ella y me transmitió muchas cosas bonitas. Fue increíblemente
dulce conmigo, y me dio muy buenas vibraciones. Además, Ángeles me pareció tan humilde... y trata de una forma maravillosa
a sus lectoras. Es un amor.
Pues bien, Ángeles me
contó aquel día que Antes y después de
odiarte es una de sus novelas más sufridas, y supongo que, ingenua de mí,
no la creí. Nada me podría haber preparado para lo que encontré entre las páginas
de esta novela. Para lo que iba a sentir.
Antes y
después de odiarte me ha roto muchísimo el corazón, me lo ha arrancado del pecho y
me ha dejado sin aire. Apenas si podía respirar tras terminar esta novela, y
menos dormir. ¿Y dejar de llorar? De
eso ni hablar.
Ángeles me
ha robado el corazón, y yo la he amado y la he odiado por ella. Ángeles Ibirika me ha dejado sin alma,
herida por completo, con el alma rota y desconsolada. Esta novela ha sido como
estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo. Ángeles es una embrujadora, es magia y es vida, pero también es
dolor, y sufrimiento. Antes y después de odiarte es una novela llena de emociones al desnudo, que me ha llegado muy
profundamente. Ha sido doloroso sentir tanto.
No sabía que Ángeles
era tan capaz de absorberte y embrujarte y capturar tu corazón y mover tu alma
al son de sus palabras. No sabía que Ángeles
podía clavarte tantos puñales en el pecho y dejarte sin aire, rota de dolor. No
sabía que solo ella era capaz de devastarte de dolor y de impedirte llorar,
porque ni las lágrimas podrían expresar tal magnitud de sentimientos. Ángeles me ha llegado de verdad al corazón,
se me ha metido bajo la piel, y me ha hecho pedazos, no sé ni como podré ahora
recomponer mi corazón.
Amo y odio esta novela. Me he sentido absolutamente desprotegida
leyéndola, pero no podía dejar de leer, no podía abandonar a Mikel y a Ane
antes de que acabaran su viaje. No podía decir adiós a la historia de Ane y
Mikel sin saber su desenlace, sin vivir con ellos todos los momentos de su
vida. He sufrido mucho con estos dos protagonistas. Y los he amado. Pero a
Mikel también le he odiado, y mucho.
Para mí, esta no es una novela de romántica. Demasiado dolor se esconde
entre sus páginas para que pudiera serlo. Más bien, es una obra de corte
sentimental, una historia dramática. No puedo decir que no la recomiende o que sí,
pero a los que tengan el corazón tan sensible como el mío, no les diría que "adelante". Pero, lo malo de
eso, es que una se perdería una parte maravillosa de esta novela sino le diera
una oportunidad. He amado y he odiado
esta novela, lo digo muy claro. Hubo momentos en que quise abandonar su lectura
y nunca más acercarme a ella, pero no pude. Ángeles tenía mi corazón en sus
manos, y me suplicaba que siguiera adelante. Entonces traté de protegerme de
tanto dolor, esconderme, pero no pude. ¿Cómo aislarte de algo así, resguardarte,
si Ángeles es una bruja dolorosa y hechicera? Es imposible esquivar las mil
emociones de esta novela. Para mí no ha habido respiro durante la lectura de
esta novela, no descansé hasta terminarla. La he leído en un solo día, y
hasta las seis de la mañana no me acosté, y cuando cerré las páginas de Antes y después de odiarte, no sabía cómo
sostener mi corazón. ¿Latía todavía? Sí.
Por supuesto. Pero esta novela me robó los latidos en más de un momento, y después,
a golpe de esperanza, me dejaba respirar por un minuto. Ha sido una lectura muy
difícil para mí. Probablemente no vuelva a perderme entre las páginas de esta
novela, porque no soportaré tanto dolor una segunda vez, pero sé que nunca podré
olvidarla. Igual que jamás podré olvidar a Ángeles.
Su novela
me ha dejado extenuada. Tras leerla solo quería encontrar un poco de dulzura,
algo de amor que curara mi corazón roto. Es como despertar lentamente de un
viaje enorme y trascendental.
He amado y he odiado esta novela, pero eso puedo explicarlo fácilmente.
El pasado
de esta novela, donde se esconde la historia de amor de Mikel y Ane, lo he
amado. He adorado con toda mi alma ese pasado, esa casi épica historia
de amor. Ángeles me ha sorprendido y
me ha dejado completamente enamorada con esa parte de su novela. Fue imposible
no amar esa parte. Ángeles, además, nos regala una inmensa parte de ese pasado,
mil escenas que amar y atesorar de Ane y Mikel, y fue imposible no caer ahí en
su embrujo. De verdad me fascinó ese amor entre Ane y Mikel y como su relación
fue creciendo. Siempre tuvo un toque sexy, dulce, chispeante, lento, divertido,
mágico, y real. Un amor muy devoto. Tan enorme que ni el golpe de la más fuerte
tormenta podría romperlo. Salvo que esa tormenta fue un huracán y ese huracán
si rompió en pedazos a Ane y Mikel y destruyó todo cuanto habían construido
juntos.
He odiado
el presente de esta novela, lo he odiado muchísimo, he llorado de pura rabia,
he querido pedirle explicaciones a Ángeles y preguntarle el porqué de su enorme
crueldad con Ane y Mikel. Ellos no se merecían estar separados, condenados a
amarse y a malvivir sin el otro. He odiado demasiado el presente
de esta novela, es aquí donde Ángeles,
me ha hecho pedazos el corazón. ¿Cómo se
puede crear tanto dolor? Mi pecho no podía contener tantas emociones.
Apenas si podía respirar de lo mucho que me estaba lastimando el presente de
esta novela. Ese presente ha sido jodidamente cruel, durísimo, matador. Ángeles me mataba con este presente. Me
mataba, me mataba y me volvía a matar. He odiado este presente. Demasiado.
¿Veis por
qué amo y odio esta novela?
El final es precioso, y como no, he roto a llorar. Tantas
emociones tenían que salir por algún lugar, y una vez que empecé, no podía
parar de llorar. Todas mis emociones se desbordaron y no sabía ni cómo hacer
para que mi corazón latiera a un ritmo normal. Tuve que sostener mi pecho muy
fuertemente y respirar hondo. Pero me dolía. En verdad me dolía. Incluso
suspirar. Ese final fue increíble y lo he adorado, fue un pequeño descanso tras
tanto dolor y sufrimiento. Fue amor.
Ángeles
Ibirika se ha hecho de rogar con esta novela. Me lo ha puesto difícil
con esta novela. Pero de alguna forma, todo ha sido muy real. Muy vivo. Y he querido a sus protagonistas, Ane y
Mikel, y creo que por eso todo me ha dolido tanto. Porque sus personajes se me
metieron en la piel y no estaba yo a salvo de sus emociones. A Ane la he amado, punto, no me ha dejado otra opción, me ha encantado.
Ha sido maravilloso conocerla. Ane es
pura luz. Es amable, dulce y buena, siempre. Es un amor. Una mujer real y
maravillosa, a la que he querido proteger durante todo el presente de esta
novela, y a la que he aplaudido por como actuó en ese pasado. Fue hermoso ver
como se enamoraba de Mikel, como la magia de él la embrujaba y la dejaba sin
red. A Mikel le he amado y le he odiado,
amé como era en el pasado, y odié como era en el presente. Tanto como le
amé le odié. En el pasado, Mikel era increíble,
este dibujante tenía el corazón más grande del mundo, era hermoso, tan dulce y leal, tan sensual e
irresistible, tan romántico, y detallista y tan entregado y valiente. Mikel se
enamoró perdidamente de Ane, ella se convirtió en su mundo entero. Le amé, así
de simple. Pero en el presente le odié, porque Mikel ya no tenía alma, Mikel
era un cabrón, ruin, déspota, vengativo, e inconmovible, insoportable. Me mató
su crueldad y su forma de tratar a Ane. Yo si hubiera sido ella no le habría
dejado pasarse tanto, y encima sin rechistar ni defenderse. Y también odié
profundamente a Mikel porque nunca quería escuchar a Ane, su amor no fue tan
incondicional como juraba y prometía. Mikel
prefirió pasar su vida junto a otra que darle la oportunidad de la redención y
el perdón a Ane. Ese aspecto de la novela me devastó. Fue insoportable ver a mi
Mikel con otra, verle follar a la manipuladora zorra de Bego, y ver como compartía momentos de
pareja con ella. No puedo soportar ese tipo de cosas. Y Ane... mi Ane sufría y sufría. Poneos en su piel,
¿cómo viviríais sabiendo que el amor de vuestra vida, vuestra alma gemela,
prefiere por puro rencor estar con otra cuando es a ti a quien ama? Odié a
Mikel por estar con Bego, y no puedo perdonárselo. El auténtico Mikel jamás
hubiera estado con otra que no hubiera estado Ane, pero ahí está el problema,
Mikel ya no existía, aun así, era imposible no desear que estuviera con Ane. Además,
yo tuve razón, podría decirle a este nuevo Mikel, al desalmado y cabezota y
rencoroso cabrón, “en cuanto pasaras tiempo de verdad con Ane, encontrarías
ese corazón perdido, y vivir significaría algo más que respirar dolorosamente.”
Sé que yo habría amado mucho pero mucho esta novela si Bego no
hubiera existido, si Mikel no hubiera tenido nada con otra. Mikel era de Ane, punto. Jamás debería
haber estado con nadie que no hubiera sido con ella. ¡Y le odio por eso! Pero
también por no saber ver que Ane le amaba, por estar tan ciego, por mirarla y
no desear más que llevársela al infierno con él, ¿cómo no iba a odiarle por eso? Y también por ser tan inconmovible,
por no valorar ni una sola vez el infinito número de veces que Ane salvó su
vida. Pero sobre todo, le odié por haber amado a Ane pero jamás lo suficiente
como para que pudiera darle la oportunidad de explicarse. Pero le amé, a Mikel,
a pesar de todo, le amé mucho, y quizás esa era una de las cosas que más me dolían.
Amar tanto a alguien y no tener fe, no saber si alguna vez volverás a verle, si
estará para siempre perdido en una nebulosa de oscuridad. Al final Mikel volvió
de entre las sombras, ¡volvió! pero lo hizo al final, cuando quedaba poquito
para ese desenlace. Y ese Mikel final, el auténtico, el del pasado, ya me tenía
robado el corazón, así que, ¿que podía
hacer yo? Solo rezar porque nunca más nada volviera a separar a Ane y a él.
Pero también rezar porque nunca más se le ocurriera lastimarla. Ane se merece
mil sonrisas, un siglo entero de besos, y palabras de amor, de gestos llenos de
ternura y devoción. Se merece que Mikel vuelva a entregarle su alma.
Esto no es una reseña, para nada. No se trata de eso. Son
palabras... un sentimiento que no me puedo sacar del pecho.
Ángeles Ibirika me ha embrujado con sus letras. Tiene un auténtico don para
escribir y quisiera seguir leyéndola si me promete que nunca más me hará sufrir
tanto. Ángeles Ibirika escribe de
una forma muy hermosa y desgarradora. Esas letras han sido como un canto de
sirenas, me las he bebido y las he amado. Han sido como magia corriendo por mis
venas. Sus letras son maravillosas, no hay palabras para expresar lo bien que
escribe, y como logra hacerte que le rindas tu corazón. Esas letras... son
vida, y son amor, y son dolor, y son un vacío inmenso imposible de llenar, son música
y luz, que se meten bajo tu piel y te dominan y te hacen suya. Algo increíble
sucede cuando Ángeles escribe.
Seguro que un ángel lloraría leyéndola. Yo me he roto al hacerlo. Espero que la
próxima vez Ángeles me enamore y me
haga feliz. *Lo pido, ¡por favor, por
favor, por favor!*
Y callo
ya. Sé que he dejado palabras en el tintero, pero no puedo contar más.
Le he escrito una carta a Ángeles
donde he desbordado todo mi corazón y esas palabras son única y exclusivamente
para ella. Ahora, solo espero que en el próximo
RA, le dé un pequeño refugio a mi corazón con un gran abrazo suyo.
¡Un beso!
Mire –
Mayu.
Hola, me encantaría que me dieras tu opinión acerca de mi blog. Gracias por el tiempo.
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