¡Hola a todos, queridísimos lectores! ¿Qué tal estáis?
¿Qué estáis leyendo?
Yo os traigo hoy la reseña de una novela que hace un
par de días terminé de leer, y que Amazon me regaló en versión kindle.
MANSFIELD
PARK de JANE AUSTEN:
Antes de probar cualquier novela de Jane Austen, dudé entre leer esta
primero, o mejor dejar que La abadía de
Northanger ocupara ese primer puesto. Pues bien, al final elegí leer La abadía de Northanger pero la verdad es que no fue
por ninguna razón en especial. De ninguna de las dos había leído ningún tipo de
crítica, y de ambas desconocía la sinopsis. Pues bien, después de leer La abadía de Northanger y sentirme decepcionada no
estaba segura de querer embarcarme YA, tan rápido en la lectura de otra obra de
Jane, pero a la vez, no quería dejar
esa sensación de decepción en mi, necesitaba empezar otra novela de Austen y que esta si me enamorara. Y
al principio creí que de verdad iba a ser así, que Mansfield Park se iba a convertir en una pequeña joyita para mi,
así que imaginad ahora mi decepción cuando no ha sido así. Pero mejor ir paso a
paso. Ahora os cuento.
El principio de Mansfield
Park me ha encantado, es PERFECTO. No hay más. Es perfección. Ternura.
Nostalgia. Consuelo. Dolor. Esperanza. Es una maravilla. Y de verdad me
conmovió. Me hizo llorar. Me hizo sonreír. Me hizo enamorarme de esos dos niños
tan dulces: Fanny y Edmund.
La novela comienza de una forma exquisita. Tan, tan,
tan, conmovedora...
Fue empezar a leer y no poder dejar de pasar las
paginas. La novela me tenia intrigadísima, pero sobre todo, emocionada. Me
habría encantado poder traspasar las paginas y haber abrazado a Fanny y Edmund,
esos dos niños maravillosos, que yo deseaba con toda mi alma, que siempre
estuvieran juntos. *0*.
Y las letras de Jane
Austen, tenían algo tan especial, un no sé qué maravilloso, una magia que
me estaba conquistando...
Adoro el
principio.
Mansfield Park es la maravillosa y acaudalada mansión donde viven
los Bertram.
Los señores Bertram tienen cuatro hijos, María, Julia,
Tom, y Edmund. Solo Edmund, el segundo varón de la familia es un ángel, un niño
con un gran corazón, capaz de sentir verdadero afecto y de desear ofrecer
consuelo.
Su padre, Sir Thomas, junto a su mujer, Lady Bertram,
y la señora Norris, debaten sobre una hermana a la que daban por perdida, pues
la relación estaba rota, y la situación de ésta. Para ayudarla, la señora
Norris "decide acoger" a la
hija mayor de su hermana, la dulce Fanny, pero son los Bertram los que en
realidad se hacen cargo de esta niña. Aunque eso sí, siempre sabiendo cual
es su lugar. Ella no es una Bertram.
Fanny llega a Mansfield Park con el corazón
encogido. La relación con sus padres, a sus nueve años, nunca ha sido
afectuosa, pero sí que echa de menos a sus nueve hermanitos, especialmente a
William, el mayor de todos.
Al principio,
Fanny se siente muy perdida. Sabe que debe
estar agradecida, pero en cambio, no puede dejar de llorar, y lo último que
desea, es destacar. Su tío Thomas tiene buenas intenciones, pero su severidad
asusta a Fanny. Lady Bertram es una mujer muy fría. Y entre todos sus primos,
está muy clara la diferencia. Ella es una chiquilla de baja alcurnia. Pero un
día, el pequeño Edmund, ve llorar a
Fanny, y el deseo de cuidarla, protegerla, consolarla, es tan fuerte, la
ternura que se apodera de su corazón es tan grande, que solo desea estar al
lado de Fanny, para siempre. Desde ese día, Fanny deja de llorar, y aunque la
vida no es fácil para ella en cierto sentido, en muchos otros, su calidad de
vida ha mejorado por completo, y lo mejor, ahí tiene lo más grande de su vida,
su honorable Edmund. No hace falta que diga que Fanny se enamora de su primo
Edmund en ese primer encuentro, ¿no? :).
Me encanta la relación que se establece entre Fanny y
Edmund, es tan tierna, y tan bonita. :).
Hasta aquí perfecto.
Después la novela avanza, pasan las paginas, y el tiempo también pasa y muy
velozmente en Mansfield Park.
En este punto, para mi esta novela perdió toda su
magia. Seguía siendo
entretenida, bueno, a ratos. Había otros ratos que no le veía sentido. Hay
escenas para mi gusto, que no hacen falta, que no encajan, y que tampoco llaman
la atención. En esta parte de la novela, me sentí profundamente desencantada.
Para mi gran decepción. La novela se convirtió en algo triste, doloroso,
intenso, desolador. Frustrante.
Para situaros.
Fanny tiene ya dieciocho años. Se ha convertido en una bonita joven, con un
gran corazón, además de muy inteligente, y con una gran inocencia y pureza. Y
muy, muy sumisa. Fanny no es más que una sirvienta en casa de los Bertram. Su
tío Sir Thomas se ha marchado a las Antillas. Y no hay nadie más que Edmund que
la proteja y que la defienda. Julia y María, la señora Norris, y todos los
demás, incluidos los nuevos vecinos, los Grant, los Crawford, y los Rushworth
no la tratan como se merece, salvo Edmund. Pero Edmund empieza a cambiar. Si,
sigue siendo un buen chico, y quiere mucho a Fanny, pero una mujer llega a su
vida, la rebelde, apasionada y escandalosa Mary, hermana de Henry, un mujeriego
que juega y deja que jueguen con él las hermanas Bertram: María y Julia. (Y
María está prometida u.u).
Edmund ha sido una de las grandes decepciones para mí. En un
principio, yo pensé que Edmund se enamoraría de Fanny, y no fue así. Es más, es
de Mary de la que se enamora locamente. Para mi dolor y el de Fanny. Y lo peor
no es eso, lo peor es como Fanny empieza a perder ese lugar tan especial en el
corazón de Edmund. Edmund se obsesiona con Mary, sueña con esta por las noches,
y en los días, atesora cada segundo con Mary, ya sea que estén coqueteando o
discutiendo, paseando o cabalgando, o yo que sé haciendo qué. Ninguno de los
dos es inocente pero la relación de Mary y Edmund es tratada con mucha
ambigüedad (Igual que la de Henry con las Bertram).
Y no es solo que Edmund solo piense en Mary, es que
deja de pensar en Fanny, no siempre, pero si en la mayoría de momentos. Edmund
deja de buscar la compañía de Fanny, se olvida de ella en muchas ocasiones y no
está ahí para defenderla. Y Fanny es muy frágil. Y esta tan enamorada de su
primo Edmund que es desgarrador ver como él se enamora de otra, y ya no tiene
tantas consideraciones con ella. E incluso cuando si las tiene, Edmund siempre
habla de Mary, y siempre trata a Fanny como si ésta fuera su hermana.
Ha sido muy doloroso contemplar la tristeza, el dolor,
los celos, la pena, la desolación de Fanny, su sueño roto, su amor no
correspondido.
Mi opinión
sobre Mary y Henry. Pues no me
caían bien. La verdad es que son muy pocos los personajes de Mansfield Park que me hayan caído bien.
Al principio Mary era una bruja, o al menos, yo pensaba así, después mi opinión
de ella fue cambiando. No es que Mary cambiara, pero yo aprendí a aceptarla y
también dejé de ver las cosas bajo la perspectiva de Fanny. Me di cuenta de que
Mary no era tan mala: es ambiciosa, le encanta el dinero y el poder, es
descarada, abierta y yo diría, que nada inocente, en ningún sentido. Pero al
menos es sincera, y no se esconde de nada. Y además, de verdad quiere a Edmund,
aunque para ella, su posición en sociedad no sea suficiente para darle un
"sí, quiero". Y por Fanny,
de verdad siente un gran cariño. Fanny le parece la criatura más dulce del
mundo, la más pura.
A Fanny nunca llega a caerle bien Mary, pero ahí Fanny
se equivoca, en el sentido de que finge ser amiga de alguien que ni siquiera le
gusta. Esa hipocresía en ella no me ha gustado.
En esta parte
de la novela, me sentía conmovida, apenada por Fanny, porque su dolor era muy palpable. Pero también me sentía
frustrada con ella. Fanny es demasiado buena, nunca se defiende, y tampoco
lucha por lo que quiere, sino que actúa como una mera espectadora de su vida. Y
respecto a su amor por Edmund, le ama y nunca, ni un instante, deja de amarle,
eso está muy claro, en ese sentido me encanta la lealtad y la constancia de los
sentimientos, del corazón de Fanny, pero creo que a Fanny le ha faltado
valentía. Nunca, JAMÁS, le hace una sola alusión a Edmund sobre su amor, nunca
le dice lo que siente por él. Fanny siempre se esconde. A sí misma, y a sus
sentimientos. Como si nada de lo que ella pudiera decir, o sentir, tuviera
valor. Y con otros personajes le pasa lo mismo, Fanny jamás alza la voz, jamás
se atreve a llevarles la contraria o a ser ella misma. Su bondad, y su pureza e
inocencia, son bonitas. Fanny es muy mona. Pero también podría ser mucho más.
Solo a Henry se atreve a desafiar. Ese momento... Ay, ¡por un lado quise
aplaudirla, por ser ella misma, por ser valiente, por desafiarlos a todos, por
ser leal a su corazón! ¡pero también quise gritarle que dejara atrás los
prejuicios y que de verdad mirara a esa persona, porque quizás... quizás
escondía algo bueno...! [Será que yo soy aún más inocente que Fanny].
El último
tercio de la novela, me gustó. Me
volvió a sacar la sonrisa. Me dio esperanzas. Y... Me rompió el corazón.
Este último tercio, solo ha logrado que el final me
pareciera de lo más triste y decepcionante, inadecuado.
En el último tercio, la intriga, la emoción, se
apodera de la novela. Edmund y Mary parecen a punto de acabar juntos, están
cada vez más cerca del matrimonio, y a mí, llegados a este punto, pues me
parecía bien. Pero lo que me tenia emocionada de este punto era cierto
personaje. Henry. El hermano de Mary. El cambio era tan grande en él que de
verdad que no parecía el mismo. Se había convertido en alguien encantador, que
me conmovía, y me tenia secretamente cautivada. Y todo porque se había
enamorado de la pequeña Fanny y ese sentimiento le había cambiado la vida. Lo
que sentía por Fanny, sus gestos hacia ella, su amor, sus infinitas ganas de
que Fanny vea al verdadero Henry, su cortejo, era tan tierno, tan bonito, que
de verdad... no podía dejar de sonreír. Hasta que Jane Austen me rompió el corazón. Me sentí muy traicionada por
Henry. Y sí, también enfadada con Jane por
haberme hecho ilusiones, por haberme hecho ver con otros ojos a este personaje,
y también por haberme tenido en un sin vivir con el amor-o-no-amor entre Fanny-Edmund-Mary-Henry-Fanny.
Y el final... ¿Edmund y Fanny casados? ¿Edmund y Fanny
enamorados? Si, lo que yo deseaba al principio de la novela se cumplió,
pero no tal y como yo esperaba, no así. Para empezar, no he podido creerme ese
final, ¿Edmund enamorado de Fanny? Si
dos páginas antes de que la novela se acabara, Edmund aún pensaba en Fanny como
su hermana, aún amaba y lloraba por Mary. Y Fanny, sí, seguía queriendo a su
primo, ese amor que ya pensaba un imposible, pero había empezado a sentir algo
por Henry, y de ahí su posterior dolor ante la traición.
Respecto a Jane
Austen, como ya dije en La abadía de
Northanger, me encanta como recrea el ambiente, como perfila a los
personajes, y en este caso, también la cadencia de sus letras, y como consigue
meterte en esta novela e involucrar tu corazón. Aunque sea en una novela tan
triste, tan dolorosa, tan apasionada, y tan sube-y-baja
como Mansfield Park. En el fondo,
aún no sé qué pensar de esta novela, solo que estoy muy decepcionada. Sí, el
final es feliz, ¿no? Pero para que acabara así, muchas cosas deberían haber
sido diferentes en Mansfield Park.
Por último, añadir que Jane Austen me parece una escritora de gran sensibilidad, con grandes dosis de ironía, pero sobre todo, muy inteligente, muy humana, y con una afinidad enorme para conmoverte, hacerte sentir, y sobre todo, para capturar la vida, el movimiento, el aire, la esencia de las personas. Tiene una forma increíble, impactante, de recrearlo todo.
¡Un beso enorme a todos!
Mire - Mayu.
Ay me encantó tu reseña! Has escrito cosas que son calcadas a mi pensamiento, no podría haberlo expresado mejor: lo de la decepción porque Edmund se enamorara de Mary y dejara de lado a Fanny y lo de Henry, también me encantó que Fanny se le plantara así a él y defendiera sus sentimientos, pero al mismo tiempo me hubiera gustado que le diera una oportunidad y las cosas fueran de otra manera.
ResponderEliminarTambién me encanté con Henry, porque ese cambio que tuvo al enamorarse de Fanny era tan bonito y emocionante, pero Jane Austen decidió que no y nos da ese final donde Henry hace lo que hace y se supone que Edmund ama a Fanny. Es el final feliz para Fanny, lo que ella quería desde el principio, pero nosotras nos quedamos mal. De todas formas, eso para mí no empañó mi opinión de esta novela y me encantó.
La abadía de Northanger es la siguiente en mi lista de novelas por leer de Jane Austen y ahora me da un poquito de miedo, porque tú dices que te decepcionó...
Por cierto, está muy lindo el nuevo diseño del blog!