Noche de tentación fue uno de esos libros ofrecidos para la plataforma de reseñadores/escritores Books around the magic world, y en cuanto lo vi, me apunté para
reseñarlo. Nunca había leído nada de Érika Gael
pero sí que la había visto publicitada por las redes sociales. Gracias a una
amiga, que me regaló el ebook del primero (esta chica es mi ángel de la
guarda), me aventuré en el mundo de estos príncipes del infierno. El primero lo
dejé abandonado tras leer un puñado de páginas, no conseguía hacerme sentir
nada. Y este me lo dieron en la plataforma, y lo empecé después con muchas
reticencias. Vale, pues al principio todo fue como la seda. Ni yo misma me
podía creer que este libro y Noche de Mardi Gras lo hubieran escrito la misma persona. Me gustó mucho el principio, me pareció increíble, y prometía
muchísimo. Pero después, llegué a cierta cita en un café entre Asmodeus y
Angélica, y la historia se me vino abajo, comencé a odiarla. Ese momento crucial
del café fue un puñal clavado en mi corazón, y no me recuperé de eso. Seguí
leyendo Noche de tentación porque me
había comprometido a hacerlo, pero ya sin entusiasmo y adoración.
4/10
He sufrido mucho con este libro, y los momentos en que he sonreído, en que he sido feliz leyendo la historia de Asmodeus y Angélica se pueden contar con los dedos de mis manos, un puñado de momentos encantadores en contra de una infinidad de situaciones que me han desgarrado el corazón. Si en el libro anterior me quejaba de que Érika Gael no me hacía sentir nada con sus letras, en éste he sentido mucho, la historia me ha hecho sufrir una barbaridad, me ha llegado hondo, aunque no me haya gustado. Es que tengo un sentimiento rarísimo imposible de calificar, una agridulce mezcla entre el amor y el odio, porque este libro tiene muchas cosas buenas pero otras que no y esas en mi caso le han superado. La trama, la ambientación, la pluma de Érika, son para enamorar, pero el resto, los personajes, la tragedia de esta historia de amor, me ha hecho derramar gotas de sangre y lágrimas, ha sido una lectura muy complicada y llena de dolor. Y si he devorado este libro ha sido porque por momentos no podía parar de leer y porque en otros, solo quería terminar rápido con Noche de tentación para poder alejarme de tanta angustia, drama, dolor, y poder volver a respirar. La verdad es que Noche de tentación me ha afectado, ha sido como leer una historia trágica - romántica con un marco paranormal. Me ha recordado a Antes y después de odiarte, libro que en trama no se parece pero que en pequeños detalles sí, y que me transmitió exactamente la misma sensación, un amor odio difícil de sobrellevar en el que gana más mi odio que mi amor.
He sufrido mucho con este libro, y los momentos en que he sonreído, en que he sido feliz leyendo la historia de Asmodeus y Angélica se pueden contar con los dedos de mis manos, un puñado de momentos encantadores en contra de una infinidad de situaciones que me han desgarrado el corazón. Si en el libro anterior me quejaba de que Érika Gael no me hacía sentir nada con sus letras, en éste he sentido mucho, la historia me ha hecho sufrir una barbaridad, me ha llegado hondo, aunque no me haya gustado. Es que tengo un sentimiento rarísimo imposible de calificar, una agridulce mezcla entre el amor y el odio, porque este libro tiene muchas cosas buenas pero otras que no y esas en mi caso le han superado. La trama, la ambientación, la pluma de Érika, son para enamorar, pero el resto, los personajes, la tragedia de esta historia de amor, me ha hecho derramar gotas de sangre y lágrimas, ha sido una lectura muy complicada y llena de dolor. Y si he devorado este libro ha sido porque por momentos no podía parar de leer y porque en otros, solo quería terminar rápido con Noche de tentación para poder alejarme de tanta angustia, drama, dolor, y poder volver a respirar. La verdad es que Noche de tentación me ha afectado, ha sido como leer una historia trágica - romántica con un marco paranormal. Me ha recordado a Antes y después de odiarte, libro que en trama no se parece pero que en pequeños detalles sí, y que me transmitió exactamente la misma sensación, un amor odio difícil de sobrellevar en el que gana más mi odio que mi amor.
La novela en sí está bien y debo decir que Érika Gael es una de esas escritoras
españolas a la que merece seguirle la pista, pero si sus nuevos libros van a
ser así, tan rotos de dolor y con protagonistas tan capullos, no sé si la
seguiré leyendo. Tendré que ver que trae en el futuro. Me daría pena perderme a
una autora como ésta, capaz de crear historias que te envuelven y no te dejan
ir hasta haber llegado a la palabra FIN. Por ciertas cosas, tengo un enorme
nudo en mi pecho y no puedo afirmar que el libro me haya gustado, pero puede
que le dé una tercera oportunidad a esta saga, quien sabe. Eso sí, dejar claro
que la pluma de Érika Gael es
preciosa y habría subrayado mil citas distintas durante el transcurso de mi
lectura. Se nota muchísimo el trabajo
duro de esta escritora. Es que es mirar Noche de Mardi Gras y Noche de tentación y no hay color. En cuatro años Érika Gael ha dado un vuelco enorme,
un salto al vacío que la ha situado entre una de las escritoras españolas que
mejor escriben de las que yo he leído. Y entended que digo esto aún habiendo
tenido una intensa mezcla de amor odio por Noche de tentación.
No os voy a mentir y vender que este libro me
ha gustado o que lo releería una infinidad de veces. No es así. Ha habido en
este libro muchas cosas que me han parecido preciosas y alucinantes, pero otras
solo me han dejado con el corazón roto y ese balance final es muy, muy
agridulce. Yo no puedo amar un libro que me hace jirones el corazón.
Os cuento sobre Noche de tentación...
- La
trama y los personajes:
Toda la
historia está muy, muy bien hilada. A Érika no se le ha escapado ni un solo
detalle. Todo está unido tal y como debe ser, no hay nada forzado, e incluso
inmersa en ese mundo de fantasía, todo sonó real. Mientras leía Noche de tentación, me creí cada
palabra, todo estaba tan maravillosamente hilado que era imposible llevarle la
contraria a Érika *eso teniendo
en cuenta que como lectora ya sabía que éste era un libro de ficción*.
Hay dos secuencias de tiempo imprescindibles en
esta obra. Érika Gael nos regala el
pasado y el presente de Asmodeus y Angélica.
Ese
pasado entre estos dos protagonistas me ha regalado momentos de ternura, de
ensueño. Os juro que esos flash backs del pasado me tenían en una nube, en un
cuento de hadas. La historia de amor de Asmodeus y Angélica a la edad de 14
años, siendo los dos unos ángeles a punto de despertar a la plenitud, fue
increíble.
Ahí la historia de ambos era preciosa. Y ellos eran adorables, achuchables,
vamos, que eran de esos personajes imprescindibles que te dejan huella. Aún
ahora hay escenas entre los dos que no paro de rememorar. Ojalá estos
protagonistas y su historia de amor en el presente hubiera estado a la altura
de éste pasado. Estos flash backs del pasado me hicieron sumirme en un cuento
de hadas con final infeliz *lo que era de esperar tras la sinopsis*, pero
merecía la pena ese final con tal de leer cada escena, cada cita, cada
sentimiento de estos imberbes, inocentes, caprichosos y muy enamorados
angelitos. En esta secuencia de tiempo además, se nos narra cómo fue la caída
de Lucifer y su bando al averno. Érika ha tomado una historia clásica, de la
biblia, y la ha llevado a su terreno. Me ha gustado mucho su versión
alternativa. Creo que esta joven promesa de las letras tiene una creatividad
enorme. Asmodeus y Angélica eran esa
clase de personajes que se llevan una parte de tu corazón. Era su etapa de la
inocencia, del primer amor, de amar hasta la locura, de romper prejuicios y
creencias, de desafiar con su rebeldía los dictados del mundo, pero que bonito
todo y que dos personajes más maravillosos.
El presente en cambio, empezó con buen pie,
pero rápido me decepcionó, me rompió el corazón. Ni Asmodeus ni Angélica
estaban a la altura de quienes fueron hace 5900 años, y su historia de amor
tampoco. Me vi inmensamente decepcionada. Solo podía leer completamente
asombrada y no en el buen sentido. ¿Cómo
era posible que Asmodeus y Angélica se hubieran convertido en 'esto'? Yo
sin duda no les reconocí, no quedaba ni una gota en ellos de quiénes fueron, nada
que me hiciera amarles o perdonar sus pecados, sus errores, sus lamentaciones.
No voy a decir que en ningún momento me conmovieran, porque si que hubo
ocasiones en las que lloré por ellos, pero todo estuvo mezclado con una pena
enorme, y con ese regusto amargo de cuando no te gustan nada las personas que
protagonizan esa historia. Y la historia de amor, ese reencuentro, fue cruel,
duro, cero romántico. Parece ser que
como su pasado derrochaba miel, este presente debía ser amargo como el
chocolate. No disfruté del reencuentro, y la trama del presente aunque bien
hilada, no tenía la garra, la fuerza, la chispa del pasado, no había un
trasfondo que importara de verdad, solo una sucesión de momentos donde Asmodeus
pudiera herir, herir, herir y herir a Angélica. Hacia el final, ambos llegan a
un entendimiento, pero hasta entonces todo fue jodidamente cruel, y no hubo ni
un solo momento de todo el presente que estuviera desprovisto de angustia,
tragedia. Este presente no me supo a
amor, solo a rencor cargado de lujuria. Qué pena que la historia no estuviera a
la altura de quién fue. 5900 años esperando volverse a ver para esto... sin
duda, creo que ambos deberían haber dejado de esperar y haberse rebelado contra
todo y haber luchado el uno por el otro, pero era más fácil que uno viviera su
vida quitándole las bragas a cuanta mujer se le pusiera por delante, y que la
otra se quedara castamente esperando su regreso como escriba de los archivos
del cielo. Esto podría haber sido perdonable, podría haber dicho, las injusticias
existen y en este caso, para hombres y mujeres existen reglas distintas pero lo
que no puedo pasar por alto es que Asmodeus se comporta como un auténtico
cabrón infiel con Angélica y ella lo único que hace es mirarle con adoración y
aceptar cada desplante, cada bofetada *simbólica*, en nombre del amor.
Yo creía que cuando se reencontraran no habría
rencor, que los dos comprenderían el inmenso regalo que les hacía el destino.
Pero no. Asmodeus solo supo comportarse como un cabrón, entorpecía la misión
celestial de ella, se acostaba con otras mujeres para a los diez minutos
tirárselo a la cara a Angélica, la trataba mal, pensaba en ella como una mujer
venenosa y repugnante a quién debía mancillar para después repudiarla y que
todo el coro celestial viera la puta que se escondía entre sus ropajes de
arcángel. Y Angélica aceptaba todo lo que Asmodeus tuviera a bien entregarle,
daba igual si él era ruin, asqueroso, vengativo, y malvado con ella, ella solo
lloraba y seguía ahí, lamiéndole los pies, porque su amor era más fuerte que
cualquier acto de este lamentable demonio.
El
Asmodeus del presente es una vergonzosa versión de quién fue. Qué pena que alguien
pase por la vida para convertirse en esta clase de persona. Y no digo demonio
porque en este libro telita con los ángeles y con los demonios, ninguno de
ellos está exento de pecado. Asmodeus me decepcionó muchísimo, me pareció
impensable que un joven con un corazón tan dulce pudiera convertirse en 'esto'.
Un hombre que cuando se reencuentra con el amor de su vida solo sabe hacerla
sufrir, solo desea su llanto y su pena. Pues que pena que Asmodeus sea
bendecido por el destino con una estrella. En el pasado, Asmodeus se merecía
todo el amor del mundo, pero en el presente, solo tengo palabras malas de él. Asmodeus es ruin, cínico, malvado, estúpido. ¿Qué se puede amar en un personaje como él?
Es un demonio de la lujuria inepto, que no tiene ni un solo poder de seducción.
Asmodeus echando un polvo es aburridísimo. Y Asmodeus tratando de joderle la
vida a Angélica fue repugnante. Cierto, hacia el final cambia su actitud y ya
no es odioso, pero no me convenció ese cambio tan brusco en su personalidad, y
ni de lejos podría yo amar a esta versión demoniaca del Asmodeus angelical que
fue. Me ha parecido un personaje vergonzoso.
La Angélica del presente tampoco tiene nada que
ver con la jovencita que fue. Donde antes era traviesa, dulce, inocente,
increíble, chispeante, guerrera, ahora solo es una concha vacía. No hay nada en
ella que la haga odiosa *como si ocurre con Asmodeus*, pero tampoco me ha
gustado. Al perder a Asmodeus, Angélica murió. Como ángel inmortal, no sabe lo
que es muerte, pero su alma murió hace 5900 años, y lo único que queda de ella
es un espectro de quién fue. La Angélica
del presente es sosa, sin chispa, sin vida. Es la clase de mujer que vive
por y para los designios de un hombre. Me dio rabia que aceptara cada golpe
emocional de Asmodeus con esa facilidad, que no se rebelara ante el trato
injusto que la daba. ¿Cómo alguien tan
viva en el pasado podía estar tan vacía en el presente? Durante la novela
empieza a rebelarse, a hacer muchas locuras, pero no por un deseo de volver a
vivir, de redescubrirse, sino para complacer a Asmodeus.
Y si hablamos de su condición de arcángel... ahí si me pareció completamente inepta. Angélica NO es mala *como si lo es
su gemelo el arcángel Gabriel*, pero no tiene deseo alguno de cumplir la misión
que se le ha encomendado. Los humanos le importan una mierda. Y si se muere
aquel al que le han encomendado salvar, ella solo dice 'no fue mi culpa, no tengo nada de lo que lamentarme'.
Retrocedamos. ¿Angélica no aceptó buscar
y tratar de salvar a un alma *corrompida*? Sí. Entonces es muy feo que
justifique con esa indiferencia no haber tratado en sí de salvar a ese humano.
Es que Angélica le buscó dos días, pero al final se cansó, y se dijo '¿que son los humanos? Piezas sustituibles.
¿Qué es Asmodeus? Mi dios y mi señor. ¿Para qué perder el tiempo con
tonterías?'. Me parece genial que Angélica quiera recuperar a su gran amor,
que quiera recopilar un millón de momentos al lado de este ingrato e insufrible
demonio, pero que siga luchando por salvar a los humanos. O si no que no
hubiera aceptado su misión como arcángel. Punto. Angélica es un arcángel que no
merece dicho título. *Gabriel tampoco se lo merece, desde aquí diré que él sí
que se merece arder en el infierno, pero bueno, no estaba hablando de esto,
sino de su hermana*.
- La
ambientación:
Me ha encantado la ambientación. Érika Gael ha
hecho un gran trabajo en este aspecto. En muchas novelas contemporáneas se
suele dejar de lado este aspecto, y Érika ha hecho un trabajo enriquecedor en
este sentido. Paris estaba viva dentro
de Noche de tentación, era imposible no leer el libro y no verse inmersa en la
ciudad de la luz. Me pareció increíble que Érika pudiera crear una ciudad
de la nada y dibujarla solo para nuestro disfrute. La ambientación fue uno de
los mejores aspectos de este libro. Estaba tan bien lograda que parecía un
personaje más de este libro. Érika la ha cuidado y mimado al detalle.
- Los
personajes secundarios: Hay un puñado de personajes, en el bando de los
ángeles destaca Enoc y el arcángel Gabriel, en el bando de los demonios,
Lucifer, Lilith y Bel, y en el bando de los humanos, Axelle y sus amigas. El
grupo de personajes secundarios más mimado era el de los humanos. No hubo ningún personaje especial para mí,
pero Érika le puso más mimo a la salvadora de Angélica, una humana con más
dotes de ángel que la propia arcángel.
- La
pluma de Érika: Esto sí que fue una maravilla *salvo cuando hablamos de
escenas de sexo en el presente, que fueron una ruina*. La pluma de Érika me pareció preciosa, mimada,
absolutamente reseña. Incluso se podría decir que por solo descubrir como
escribe, merece la pena aventurarse en esta aventura de ángeles y demonios.
Esta mujer tiene una pluma increíble y destaca por encima de todo. Entre este
libro y Noche de Mardi Gras no hay
comparación. La pluma de Érika ha
despuntado completamente en Noche de tentación, se ha enriquecido muchísimo.
A mí me ha parecido alucinante que la creadora de ambas historias sea la misma.
Y en ese aspecto quiero darle mi inmensa enhorabuena a Érika Gael. Tiene una
pluma absolutamente hermosa. He adorado
su forma de escribir, y no solo porque su historia enganchara sino porque su
pluma era como un canto de sirenas *sí, eso mismo dije de Ángeles
Ibirika*, no podía parar de encontrar citas bellísimas que me dejaban sin
aliento.
En serio, me duele mucho que este libro no me
haya gustado por culpa de una historia romántica odiosa en su presente y por
culpa de unos protagonistas que en su presente no me han gustado nada *lloro*.
Mire -
Mayu.
Pues ahora no estoy para historias de sufrimiento, pero sobre todo me quedo con que el prota no es de los que me conquistarían... por decir algo y no ser muy dura. Odio esos protagonistas
ResponderEliminarBuena reseña!!!!
Un besote